"Quien escucha mi palabra y cree al que me envió posee la vida eterna y no incurre en juicio." (Jn 5,17-30). En Cuaresma, la mirada de Dios, contempla y diseña cada detalle en la vida de cada uno de nosotros sus hijos, para realizar sus maravillosos designios divinos. Las palabras de Jesús recogidas en el cuarto evangelio son meridianamente claras. Lo esencial está en creer la palabra de Jesús y creer en quien lo envió. Tan esencial es que esta fe, anunciada, celebrada y vivida, otorga a quien la profesa, la plenitud de vida: la vida eterna. Que se haga tu voluntad, Dios mío, y no la mía. Enséñame a renunciar, a ser flexible, a acoger tus proyectos. Guía mi voluntad por los caminos de tu amor y misericordia, Hazme obediente a tu Palabra, a tus deseos. Dame, Dios mío, un espíritu de servicio, ya que Tú eres mi Dios y Señor que te entregaste por mi y me diste ejemplo para que siga tus huellas. Amén Jesús tiene asumid...