"Esforzaos en entrar por la puerta estrecha" (Lc 13, 22-30) Lo dice el Señor y lo dice también la vida. Lo fácil, la puerta ancha, no nos lleva a nada importante, a lo que realmente necesitamos. Hay que entrar por la puerta estrecha para encontrar lo mejor de uno mismo. También para descubrir lo que significa la misericordia de Dios. Las lecturas de este domingo nos invitan de manera insistente a estar atentos a la voz del Señor, a «anunciar su gloria a las naciones». Estamos enviados a proclamar su Buena Nueva, como lo hizo el apóstol San Bartolomé que hoy celebramos, entre quienes no le conocen, también entre quienes vemos que olvidan su voz y sus mandatos. Te pido, Señor, que me concedas la humildad de servir como el último y el valor para anunciar tu Evangelio. Para entrar por la puerta estrecha hay que esforzarse. No es una conquista personal sino una respuesta a la gracia. Dios nos llama a entrar por ella, pero nosotros...