“JESÚS SE VOLVIÓ Y, AL VER QUE LO SEGUÍAN, LES PREGUNTA: ¿QUÉ BUSCÁIS?” (Jn 1,38) Fiarse de alguien y aceptarlo tal como es a veces resulta difícil. Primero vemos donde vive, qué hace, en qué trabaja y valoramos. En el seguimiento de Jesús todo es don. Le seguimos porque nos ha llamado. Más que seguirle por decisión y voluntad nos mantenemos fieles por una correspondencia amorosa. Porque me ama es la única respuesta válida. - Gracias, Señor, por estar siempre a tu lado. La familia adquiere toda su belleza cuando se encuentra con Jesús. Cuando una familia muestra que el Espíritu está vivo y actuando, encuentra gratitud y estima en las personas, suscita preguntas, es una respuesta para los que buscan. “Querer formar una familia es animarse a ser parte del sueño de Dios, es animarse a soñar con él, es animarse a construir con él, es animarse a jugarse con él e...