“Dijo Jesús a la gente: Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: “Tiene un demonio”. Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: “Ahí tenéis a un comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores”. (Mt 11,16-19) ¡Qué difícil es acertar cuando uno vive dependiente de lo que dicen los demás! Juan era un hombre austero, “no comía ni bebía”. “Tenía un demonio”. Ahora Jesús “come y bebe”. “Es un borracho y comilón”. Total, que no acertamos. La gente tiene que hablar de todo. Y la gente tiene que calificar a todos. Pero dejándolos siempre mal. ¡Qué difícil es aceptar a la gente como es! Diera la impresión de que la murmuración llena nuestra mente y nuestro corazón. Somos lo que somos. Y el único juez de nuestras vidas es el Señor. Lo único que nos da la razón es la “sabiduría de Dios”. No podemos pasarnos la vida pendientes de lo que dicen de nosotros. No podemos pasarnos la vida preguntándonos que p...