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Mostrando las entradas etiquetadas como san Isidro labrador

Luz en medio del mundo.

“Yo he venido al mundo como luz” (Jn 12,44-50)     En medio de tanta oscuridad, ¡qué hermoso contemplar el rostro iluminado de Jesús!  Es como abrirse a la luz de una mañana.  Creer en ti es vivir en la Luz del Amor, en la certeza de que Tú alumbras nuestros pasos. Sal a la vida reflejando ese rostro en tus obras.   Aunque en algunas ocasiones nos parezca que es de noche, no es de noche: es sólo la sombra. Del otro lado está la luz. Que Jesucristo entre como luz en el corazón y alumbre nuestro camino de esperanza Tú, Señor, eres luz para el mundo. Eres bondad, eres ternura. Llena de claridad sus zonas oscuras. Enciende mi mirada con la luz de tu amor. Hazme, Señor, luz en medio del mundo.      Allí donde estemos, en las circunstancias que estemos, Jesús es luz en la oscuridad. Allí donde estemos, en las circunstancias que estemos, somos luz en la oscuridad. Pidamos cada día el don de...

Jesús ora por ti

“Te ruego por ellos…  T odo lo mío es tuyo y lo tuyo mío"  (Jn 17,9.10) Alguien ha dicho que un creyente es un enamorado, alguien que se ha enamorado de Dios. Si le pides que te dé razones de su amor, quizá no logre hacerlo, no porque no tenga razones o no las haya pensado, sino porque tendrá tantas que se le amontonarán en la boca y no podrán salir. Conocer a Jesús no nos puede dejar indiferentes, como no es indiferente el hombre ante el amor de su esposa, o de su novia. - Señor mío y Dios mío. Jesús está hablando con el Padre, en una apertura confiada.  Habla de su vuelta a los brazos del Padre, que es lo que más le agrada. En su empeño por abrir los oídos sordos para que escucharan la salvación, y de levantar a todos los caídos para que descubrieran su dignidad de hijos, ha manifestado la gloria y el proyecto del Padre. Jesús ora por los que permanecen en él y le dan su adhesión incondicional.  Jesús ora por ti.  Siéntelo,...

Somos moradas de Dios

“El que me ama guardará mi palabra,  y mi Padre lo amará,  y vendremos a él y haremos morada en él…  El Espíritu Santo será quien os vaya recordando todo lo que os he dicho”  (Jn 14,23.26)    Dios quiere hacer morada en tu corazón.  Por el Espíritu nos convertimos en morada Dios. De ahí la santidad de la persona humana. Santidad que es don que se da a todos los cristianos. La persona espiritual es la que vive siguiendo las intuiciones que el Espíritu le concede. No se trata de privilegio alguno. Es deseo y decisión de seguir el Evangelio y una escucha atenta a lo largo de la vida. No se aprende una vez. Hay que actualizar la escucha. Jesús revela que somos morada de Dios. Cada persona, de la raza, cultura, religión que sea, es santuario de Dios. Cada ser humano, también los más orillados, es lugar de Dios. Conocer esta verdad es la fuente de nuestra mayor au...