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Mostrando entradas de noviembre, 2017

La salvación ha entrado en mi casa

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«Mira, Señor, la mitad de mis bienes se la doy a los pobres; y si he defraudado a alguno, le restituyo cuatro veces más» (Lc 19, 1-10) Zaqueo no debía estar muy contento consigo mismo, pero no sabía cómo cambiar de vida. El encuentro con Jesús no fue fortuito. Zaqueo venció todo respeto humano y Jesús de nuevo supo parar y mirar con amor. Cuando nos sentimos queridos y valorados somos capaces de cualquier cambio. A base de reprensiones nadie cambia de actitud. - Señor, sé que hoy la salvación ha entrado en mi casa. Quería conocerte, Señor. He aquí el origen de esta historia evangélica y llena de vida, sorprendente y rupturista, tan cercana y cautivadora, pues habla de alguien como nosotros, con manos sucias y corazón egoísta. Como otras muchas personas, Zaqueo quería conocerte, Señor; quizá por simple curiosidad o tal vez por necesidad, quizá porque tu nombre sonaba ya o por un íntimo anhelo que le quemaba, quizá porque ya tenía sed d

Tú Señor conoces nuestra debilidad,

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“¡Jesús hijo de David, ten compasión de mí! (Lc 18,38). El Reino de Dios y su misericordia siguen actuando en la vida de Jesús, sobre todo cuando se encuentra con la fe de un ser humano pobre y necesitado. Grita a Jesús que necesitas su compasión y acoge a los están en los bordes del camino. Jesús, abre los ojos de mi corazón a la fe en ti, para que te siga por el camino alabando y glorificando tu nombre. Que la Virgen María, madre de la fe, nos enseñe a caminar en la luz, en la petición y en el seguimiento de Jesucristo. Tú no eres Señor, un Dios impasible, no eres distante y duro con los hombres. Tú conoces nuestra debilidad, nuestras tendencias orgullosas, violentas y egoístas. Conoces bien todas nuestras miserias. Tú eres misericordioso y compasivo Tú padeces y compadeces, Tú eres compasión. Compadécete de nosotros. Ven, Señor, a socorrernos, y danos un corazón nuevo, un corazón limpio y sincero, un corazón lleno de compasión, Qué sint

Fructificar nuestros dones y talentos en el servicio del Reino

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“Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos” (Mt 25, 14-30) Dios Padre Bueno y Misericordioso, te damos Gracias porque Tú no regalas abundantes dones cada día, para ponerlos en común y compartirlos con todos. Tú nos enseñas que sólo los dones que se comparten son los que crecen y los que se multiplican, y nos recuerdas hoy que Tú nos los entregas gratis para ponerlos al servicio de todos y para el bien común. Ten Misericordia de cada uno de nosotros, Dios Bueno, y ayúdanos a ser fieles a tu Amor y a tu Evangelio, entregando siempre gratis lo que hemos recibido gratis, para servirte siempre a Ti y a cada hermano nuestro, con cada uno de los buenos talentos y de las cualidades que Tú nos regalas a lo largo de toda nuestra vida. Ayúdanos, Dios Bueno, a ser generosos con todos para servir siempre a cada persona que nos necesite, y ayúdanos también a ser siempre misericordiosos enseñando al que no sabe, para así, poder ayudar  a multiplicar las

La respiración del alma

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“Cuando venga el Hijo del hombre,  ¿encontrara esta fe en la tierra?  (Lc 18,8). Jesús nos enseña que hay que orar con confianza y perseverancia, con la seguridad de que Dios escucha siempre nuestras súplicas. Señor, Tú siempre te mueves impulsado por la misericordia y defiendes siempre a los débiles. La oración es seguridad en el amor providente del Padre. Incluso cuando pedimos a Dios imposibles se nos concede el don de escucharnos a nosotros mismos y cambiar de actitud. Si lo que Dios quiere es nuestra felicidad, inspira todo aquello que nos ayudará a conseguirla. Para Dios no hay buenas o malas peticiones. - Señor, danos el pan de cada día y perdona nuestras ofensas. La oración es para mí, Señor,  la respiración del alma,  me permite vivir el Evangelio con alegría  y construir un mundo más fraterno. Subo a la montaña para orar, buscando los destellos de tu rostro; me pongo en tu presencia y la nube me ilumina, la nube que me envuelve y me penetra, t

Que no se apague el candil de mi fe.

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“Así será también en los días  del Hijo del hombre”  (Lc 17,26). El cristiano es una persona que vive el instante. En ningún momento podemos sentirnos dueños del tiempo. El tiempo es de Dios y nuestra responsabilidad es usarlo de manera adecuada. Hoy Jesús nos recuerda que las responsabilidades, las preocupaciones y los problemas no pueden hacernos perder de vista lo realmente importante: nuestra relación con Dios. Es la mejor manera de estar preparados. - Señor, que vea. Los creyentes debemos continuar viviendo todas las exigencias de la conversión, aunque no parezca que la venida del Señor esté próxima. Ten cuidado de que tus preocupaciones cotidianas no sustituyan tu espera activa y personal del regreso de Jesús. Mantén mi corazón despierto.  Que no se apague el candil de mi fe.  Que mi puerta esté siempre abierta, y mis manos solidarias.    Hoy celebramos a Santa Isabel de Hungría, religiosa (M) Hija del rey de Hungría, Isabel (1207-1231

¡Venga a nosotros tu Reino, Señor!

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“El Reino de Dios está dentro de vosotros”  (Lc 17,21). El Reino de Dios está entre nosotros. En cada cristiano. El Reino no es evaluable en términos humanos. No se puede valorar su presencia por la asistencia a la iglesia ni por la falta de personas comprometidas. El Reino de Dios sufre violencia en los cristianos y no cristianos perseguidos, en los parados y en las personas que sufren opresión. - Señor, que tú seas lo más importante en mi vida. Cada vez que respondemos confiadamente con nuestra vida al mensaje de Jesús, el Reino se hace también presente en nosotros por el Espíritu. El Reino de Dios crece dentro de ti, cuando te ocupas de los demás. De esta manera te pareces a Jesús que recorrió los caminos haciendo el bien. Quiero vivir el momento presente acogiendo tu Reino, anunciando tu Reino, esperando tu Reino. ¡Venga a nosotros tu Reino, Señor!   

«Gracias»

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“Levántate, vete; tu fe te ha salvado”  (Lc 17,19). Jesús cura a diez leprosos que se acercan pidiéndole misericordia. No sólo les devuelve la salud física sino una restauración en la vida social de su pueblo. Sólo un extranjero tuvo fe para reconocer la bondad de Dios que actuaba en Jesús. Regresa a su presencia para darle gracias. Normalmente las personas agradecidas se han entrenado en cosas pequeñas: ceder el paso, sonreír al llegar al trabajo, dar las gracias cuando nos prestan algún servicio. «Gracias» es una palabra muy simple pero muy difícil de pronunciar para algunos.  Esta dinámica de gratitud se vive también en la vida espiritual. Sentir a Dios siempre a nuestro lado es el mejor de los regalos. - Señor, que sepa reconocerte a lo largo del día. En el camino de mi vida me ofreces tu gracia salvadora. Abre mi fe a la confianza. Dame un corazón agradecido.         "Gracias, Señor, por la aurora y por el nuevo día. Gracias por el sol

Servicio y humildad

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“Somos unos pobres siervos,  hemos hecho lo que teníamos que hacer”   (Lc 17,10). Jesús nos dice en esta parábola que los dones de Dios al siervo fiel no son un derecho que se puede reivindicar, sino un don gratuito. Ponte en verdad ante Dios y reconoce que todo lo que eres y tienes lo has recibido de su bondad. La exhortación crucial de la parábola es clara:  considerémonos unos siervos capacitados para el servicio, responsables y transparentes, ya que el engreimiento es inhumano, no es evangélico, y crea relaciones hostiles . ¿Cómo hacer de nuestras relaciones escenarios de cuidado y misericordia? Digamos con fe: “gracias, Señor, por permitirme pertenecer a tu Reino; acrecienta mi humanidad, y humaniza mi fe”.  El servicio va unido a la humildad, no busca el aplauso ni destacar. Cada día estamos llamados a hacer de nuestra vida un lavatorio de  los pies. Dios te dice hoy: ven, siéntate a la mesa y te iré sirviendo. Jesús, traigo ante Ti todas mis c

Aumenta mi fe

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“Si tu hermano te ofende siete veces en un día, y siete veces vuelve a decirte.  ‘Lo siento’, lo perdonarás”   (Lc 17,4).   La comunidad cristiana aparece como una comunidad de pecadores que experimentan la proximidad y la acogida de Dios en el perdón fraterno.  Jesús te anima a perdonar sin límites al hermano, el perdón dado y recibido pacifica el corazón y despierta tu capacidad de amar.  Señor, perdona mi falta de sensibilidad con los hermanos. Dame sabiduría y fuerza para hacer y decir lo que más ayude a los hermanos.  - Señor, perdona nuestras ofensas. Aumenta mi fe, Señor,  fortalece mi confianza en Ti,   q ue mi vida se arraigue en tu Palabra de Vida.   Señor, no nos dejes caer en el "ojo por ojo" o en el "diente por diente"; no permitas que me deje llevar por la rabia o por los deseos de venganza. Ayúdame a seguir amando a quién se equivoca, a quien me hace daño; Dame sabiduría para convertir el dolor en compasión afec

Diligente en la fe

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"¡Que llega el esposo, salid a su encuentro!" "Velad, porque no sabéis el día ni la hora" “Estad en vela y preparados, porque a la hora que menos pensáis, viene el Hijo del hombre” En tiempos convulsos como los que vivimos, no apagues nunca la luz de la esperanza. Nada se muda, todo se pasa... Señor, hazme diligente en la fe, Cura y pereza y hazme entender que… nadie puede velar en lugar de mí, nadie puede amar en lugar de mí, nadie puede rezar en lugar de mí, nadie puede rezar en lugar de mí, nadie puede vivir en lugar de mí. Despiértanos del sueño de una vida superficial, Que cada día llenemos nuestras lámparas en la oración, en los sacramentos, en la comunidad cristiana... para que podamos descubrir tu presencia entre nosotros y con todos los hermanos disfrutemos de tu cercanía. Cumplir con fidelidad la misión Señor, tu quieres que sea responsable aquí en la tierra y que viva con fidelidad el presente, pero siempre

Saber compartir

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“Dios os conoce por dentro”  (Lc16,15). Jesús nos describe al hombre religioso como el que es de fiar en lo poco, desprendido de lo material y humilde.  Porque no se puede servir a Dios y al dinero. Opta por Dios, por la libertad.  No le entregues al Señor un corazón compartido. Los Padres de la Iglesia comparaban el amor, al dinero a la idolatría. El dinero es necesario para la vida y para compartirlo con los demás. La sociedad actual nos presenta a muchas personas que han perdido su dignidad y la autoridad que el dinero les había otorgado. Quien no sabe poner límite en las cosas pequeñas acaba perdiendo la capacidad de administrar lo más importante. - Señor, dame un corazón caritativo. Yo sé, Señor que tú me conoces por dentro. Ayúdame a ser coherente. Quiero elegirte a Ti. Señor, Tú nos hablas con claridad. No podemos servir a Dios y al dinero. Sin embargo, nuestra sociedad ha establecido una relación equivocada con el dinero, ya que aceptam

Astucia

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“Los hijos de este mundo son más astutos  con su gente  que los hijos de la luz”  (Lc 16, 8). Esta parábola no nos invita a ser inicuos sino a ser sagaces, a hacernos amigos utilizando los bienes de este mundo para ponerlos al servicio de los más necesitados.  El reino de Dios necesita de ti, de tu decisión y de tu inteligencia. Ponlas a su servicio. Cambiemos en cada pequeño gesto cotidiano. No derrochar recursos, llevar un estilo de vida sobrio, es la base para crear un mundo donde todos podamos vivir con dignidad. “Lo que no se comparte se pierde, lo que se brinda de corazón se multiplica” Perder apego a la riqueza. Ganar libertad para amar. Ensanchar el corazón. Vivir con sencilla alegría, como un pobre que todo lo agradece y todo lo espera. Feliz, bienaventurado. Señor, que distinga en cada momento lo verdaderamente importante. Señor, que no se me escape la vida derrochando los bienes que he recibido, sino que los ponga al servicio de

Templos vivos de Dios

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“Destruid este templo,  y en tres días lo levantaré”   (Jn 2,19)   Jesús echa fuera del recinto del templo a los animales y pronuncia una palabra profética: Él es el nuevo templo, el lugar del encuentro del ser humano y Dios. Jesús te invita a entrar en su presencia y a adorar a Dios en espíritu y en verdad.   Hoy sigue habiendo «mercaderes del Templo». Se mercadea con «templos del Espíritu Santo» que son las personas que sufren abusos físicos y psíquicos. Si como los judíos nos quedamos en el templo físico y en su ceremonial, cometemos un gran error. Las noticias que cada día vemos en la televisión deberían «quemarnos las entrañas» y hacernos reivindicar lo sagrado de cada ser humano. - Señor, que no acepte la mediocridad ni la indiferencia. Señor, yo quiero entrar en tu santuario. Dame manos limpias, corazón puro,  enséñame a amar. Tu sangre me limpia, tu Palabra me abrasa, tu Espíritu Santo inunda mi ser. Señor, bendice mis manos para que sean

ligeros de equipajes

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“Quien no lleve su cruz detrás de mí  no puede ser discípulo mío”  (Lc 14, 27). En tiempos de crisis muchos proyectos acaban en bancarrota.  Hay quien se salta la ley y hace negocios poco limpios.  Muchos cristianos cambian de grupo eclesial una y otra vez sin encontrar lo que buscan.  Ser capaz de mantener una línea de vida y aceptar los contratiempos que puedan presentarse, es calcular bien y poco a poco aprender a llevar la cruz. - Señor, que mi vida no sea un resumen de buenas intenciones. El seguimiento de Jesús pide muchas veces la renuncia y el despojamiento.  El cargar con su cruz no supone un peso adicional a las dificultades e la vida sino un estilo de vivir lo cotidiano a la luz de los valores del Reino.  Jesús nos invita a vivir con libertad, a caminar ligeros de equipaje, a llevar en el corazón su persona y su mensaje. Señor, quiero seguirte, pero me faltan las fueras para hacerlo.  No te veo, no te siento, no te comprendo, pero me fío de

No pongamos excusas

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“Sal por los caminos y senderos e insísteles hasta que entren y se me llene la casa"   (Lc 14, 24). Jesús nos recuerda que tenemos necesidad del gozo y del compartir. El banquete puede ser material o espiritual. Saber gozar de la naturaleza, ver la belleza de los campos y no medirlo todo en ganancias, saber gozar de una buena compañía e incluso saborear una comida. Todo esto es motivo de agradecimiento. - Alabado seas, Señor, en todas tus criaturas, especialmente por el hermano sol. Jesús ofrece el banquete del Reino a todo tipo de personas, quiere que su casa se llene, porque hay sitio, palabra y tarea para todos. Acoge la invitación de Jesús y deja que el mandamiento del amor queme tus entrañas.  Acércate agradecido a la Eucaristía, en ella, Jesús se entrega como Pan de Vida. Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida,  habitaré en la casa del Señor por años sin término.     “Cuán bien cuidado está el que se fía de D

Dichoso si tienes un corazón generoso.

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“Cuando des un banquete  invita a los pobres...”  (Lc 14, 13)   El amor gratuito tiene poca cabida en una sociedad comercializada como la nuestra.  La lista de invitados que propone Jesús es poco presentable en sociedad.  T enemos a nuestro alrededor personas cojas, ciegas o sordas de muchas maneras.  Personase que se sienten solas o incomprendidas.  Se necesita un gran amor a «sí mismos y a los demás» para estar a su lado sin humillarles. - Señor, que sepa dar sin esperar nada a cambio. La propuesta de Jesús es claramente subversiva.  En su tiempo, los enfermos y los lisiados estaban excluidos no sólo de la vida social sino también del Templo.  Frente al interés personal, Jesús proclama que la generosidad con los pobres, sin esperar ser correspondido, es uno de los valores del reino.  Esta tendencia es de todos los tiempos y culturas, por lo tanto también tuya. Dichoso serás si tienes un corazón generoso.  Abre tu puerta al pobre.  Señor, ensé

Los discípulos encuentran su grandeza en servir

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"No os dejéis llamar maestros,  porque uno solo es vuestro maestro,  el Mesías"   (Mt 23, 1-12) La religión que carga fardos pesados sobre la gente no coincide con el mensaje de Jesús. "Evangelio" es sinónimo de libertad de espíritu. ¿Qué hicieron los primeros cristianos? Fueron trastornados por el mensaje de Jesús, su corazón se llenó de un deseo: “AMAR”. El mejor modo de ser el más importante es hacerse pequeño y servidor de todos con el corazón de un niño. La gente humilde rodea a la Iglesia de su sencillez y ternura. Ese es el abrazo que la Iglesia necesita. Y el que ella misma ha de ofrecer. Te damos Gracias, Dios Padre Bueno y Misericordioso, porque Tú nos enseñas a ser coherentes en la fe  y a huir de la hipocresía, para andar en la verdad, aprendiendo a ser sencillos y humildes de corazón. Gracias porque Tú nos llamas cada día para seguirte,  amarte, servirte y para aprender de Ti, y así también,  lograr amar y servir siem

La vida como servicio

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“Porque todo el que se enaltece será humillado; y el que se humilla será enaltecido”   (Lc 14, 11).    Jesús conoce bien el corazón del ser humano y su ambición, pero no quiere que nos equivoquemos.  A Él le atraen los corazones humildes. Jesús no propone unas normas de urbanidad, una actitud de falsa humildad. Nos pide que cedamos el primer puesto para que mi hermano pueda ocuparlo.  Le cedo el mejor puesto por amor y porque en ellos veo a Dios.  Si la vida o las circunstancias me piden una tarea de responsabilidad, como cristiano debo aceptarla como un servicio que dura un tiempo.  No es un título honorario. - Señor, que recuerde en todo momento que la autoridad es servicio. Nos descoloca tu lógica de pequeños y grandes, de sabios y necios, de enfermos y sanos. A los que están al final  los adelantas, y a quienes se pavonean,  ufanos por su asiento preferente, los mandas a la última fila. A quienes lucen los galones del cumplimiento y la perfe