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Saber compartir


“Dios os conoce por dentro” 
(Lc16,15).

Jesús nos describe al hombre religioso como el que es de fiar en lo poco, desprendido de lo material y humilde. 
Porque no se puede servir a Dios y al dinero.
Opta por Dios, por la libertad. 
No le entregues al Señor un corazón compartido.

Los Padres de la Iglesia comparaban el amor, al dinero a la idolatría.
El dinero es necesario para la vida y para compartirlo con los demás.
La sociedad actual nos presenta a muchas personas que han perdido su dignidad y la autoridad que el dinero les había otorgado.
Quien no sabe poner límite en las cosas pequeñas acaba perdiendo la capacidad de administrar lo más importante.

- Señor, dame un corazón caritativo.
Yo sé, Señor que tú me conoces por dentro.
Ayúdame a ser coherente.
Quiero elegirte a Ti.

Señor, Tú nos hablas con claridad.
No podemos servir a Dios y al dinero.
Sin embargo, nuestra sociedad ha establecido una relación equivocada con el dinero, ya que aceptamos pacíficamente su predominio sobre nosotros y nuestras sociedades.
El dinero gobierna y no sirve.
El dinero es lo más importante y el ser humano ha quedado reducido a una sola de sus necesidades: el consumo.

El afán de poder y de tener no conoce límites.
Los intereses del mercado, divinizado, se convierten en regla absoluta.
Todo vale con tal de acrecentar beneficios, aunque millones de personas pasen hambre, aunque se contamine el medio ambiente.
Mientras las ganancias de unos pocos crecen exponencialmente, las de la mayoría se quedan cada vez más lejos del bienestar de esa minoría feliz.

Señor, danos luz y fuerza para revelarnos ante esta idolatría, para denunciarla y combatirla. 
Danos fuerza para favorecer una ética que permita crear un equilibrio y un orden social más humano, al servicio de todos.
 Ilumina a los expertos financieros y a los gobernantes de los países, a fin de que busquen y a trabajen por el bien común.
Ayúdanos a todos a socorrer a los pobres, a respetarlos y promocionarlos; a no dejarnos atar por el dinero y a vivir una solidaridad desinteresada y generosa.
Amén.

Oración inspirada en Evangelii Gaudium 55-58.

Hoy celebramos a SAN MARTÍN DE TOURS, Obispo

Durante una campaña militar, Martín cortó en dos su capa de soldado para salvar a un pobre mendigo de morir congelado.

Este gesto llegó a ser el símbolo de un cristianismo que sabe compartir.
Ordenado sacerdote por San Hilario de Tours, introdujo la vida monástica en Francia.
Más tarde, ya como Obispo de Tours, creó y organizó muchas parroquias rurales y monasterios, cuyos monjes evangelizaron gran parte de las Galias en los siglos IV y V.

Tours se convirtió en centro de peregrinaciones para venerar los restos de San Martín.

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