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Mostrando las entradas etiquetadas como desierto

Apoyados en Dios

  "El Espíritu lo fue llevando  durante cuarenta días por el desierto."   (Lc 4,1-13). El desierto es el lugar donde hay una ausencia total de estímulos externos. Es una invitación a no vivir distraídos, sino atentos a lo esencial. Es un aclarado voluntario de cuáles son las motivaciones que nos mueven a vivir. Sin planes, sin ofertas, sin reclamos, para reconocer el hambre y la sed de sentido y de significado. ¿Quién soy? ¿Qué hago aquí? ¿Quién me hace estremecer mi alma? Jesús reconocía que solo se vive de verdad cuando toda la atención la acapara el Dios dador de vida y la misión que Él nos confía. Ayúdame, Señor, a resistir las tentaciones y permanecer fiel a mis valores y convicciones espirituales, incluso en las mayores pruebas El Espíritu lleva a Jesús al desierto para ser tentado por el diablo. La tentación fortalece la fe. Negarse a convertir piedras en pan ( tener); arrodillarse ante el tentador( poder); y renunciar a la voluntad de Dios ( gloria)....

calma,misericordia

  "Jesús vio una multitud  y se compadeció de ella,  porque andaban como ovejas  que no tienen pastor."   (Mc 6,30-34) Después de la primera experiencia evangelizadora los discípulos vuelven a reunirse con Jesús. Ellos le cuentan su experiencia. Él les invita a retirarse con él a un lugar apartado para descansar. No tienen por qué preocuparse de los resultados. Eso será cosa del Espíritu de Dios Jesús invita a sus discípulos a la soledad y al descanso para compartir experiencias y reavivar el amor. Los discípulos necesitan una experiencia de silencio, de desierto, para ver las cosas a la luz de Dios y para recorrer los caminos de Jesús. El lugar tranquilo, el desierto vacío de distracción, nos conduce a una mirada más sosegada a lo que somos, es a una mirada de verdad sobre lo que estamos viviendo. Dejar de hacer para ser. Dejar de cumplir para sentir. Dejar de hablar para escuchar. Quizá el descanso sea pararse, solo eso, nada más... sin ninguna otra ...

Se compadece

  «Venid vosotros a solas  a un lugar desierto a descansar un poco» .  (Mc 6,30-34). Jesús invita a sus discípulos a ir un lugar desierto a descansar. La propuesta se quiebra cuando muchos van a buscarlos. Una multitud desorientada. Jesús no mira para otro sitio. No permanece indiferente. Cambia de plan. Se compadece y se pone a enseñar El desierto más que un lugar es un estado, es la búsqueda de liberarnos de ruidos, de voces, de exigencias y de reencontrarnos con el Dios que habita la realidad. Jesús detectó el desconcierto y la confusión en muchas vidas. Se compadeció de tanta confusión, de tanto sufrimiento acumulado y se puso a enseñar los caminos que conducen a la paz. Esa paz tan anhelada, que expulsa miedos y temores. ¡Que la paz esté con nosotros! Para evitar ser engullidos por este mundo vertiginoso y voraz: detén el ritmo, conecta con tu vida interior, con el Dios que te habita, descansa en él, entrégale todos tus agobios. Es con el Señor y en Él do...