«¿Qué mandamiento es el primero de todos?». Respondió Jesús: «El primero es: “Escucha" . (Mc 12,28-34). Lo primero que Dios nos pide es escuchar, acoger su voz, la del otro, dejarle espacio para que sea. Normalmente estamos más pendientes de lo que "yo" quiero decir, de lo que siento, de lo que quiero, y tan centrados en nosotros, invisibilizamos al otro. Dios se acerca a nuestras vidas como el que despierta la atención por el otro. Y eso despierta una forma nueva de descubrirnos. Amarnos a nosotros mismos y al prójimo se vive por las mismas sendas. Lo realmente importante hay que escucharlo, acogerlo en el corazón y convertirlo en referente de vida. Para el pueblo elegido, ese referente es el amor: Un amor con doble dirección; amor absoluto y pleno Dios y un amor semejante a los hermanos. Sólo así se humaniza nuestra vida. El Amor constituye el centro de la experiencia cristiana. Nuestro caminar en la vida se recorre con pasos de amor a Dios y amor a l...