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Mostrando las entradas etiquetadas como Lunes IV TO

Anúnciales

  "Espíritu inmundo, sal de este hombre".   (Mc 5, 1-20) Jesús encuentra a un hombre poseído por un espíritu inmundo. Vive entre sepulcros, rompe cadenas, grita y se hiere. Sus demonios reconocen a Jesús. Él los envía a una piara de cerdos. Los porquerizos le piden que se vaya. Cuando no hay bien común, el bien no se percibe. Jesús se acerca a todo ser humano marginado y lo capacita para la comunicación, entra con su luz en los sepulcros para que brote la vida. Así marca el camino a la Iglesia y a todos los hombres de buena voluntad. Saberse amados da más fuerza que saberse ricos. Ayúdame, Señor, a aceptar y amar mi pobreza, esa que tantas veces me avergüenza. Ayúdame a aceptar y amar la pobreza de mis hermanos. Jesús libera de las ataduras del maligno. El gran engaño consiste en pensar que nos libera el que nos esclaviza con sus cadenas. Sólo libera Jesús, y para eso se hizo esclavo y murió como esclavo en una cruz. Cuando rechazamos el bien comenzamos a ser po...

Libera y sana

  "Vete a casa con los tuyos  y anúnciales lo que el Señor ha hecho contigo y que ha tenido misericordia de ti." (Mc 5,1-20) Jesús va a la región de los gerasenos y es encontrado. Un hombre poseído de un espíritu inmundo. Jesús cura a un endemoniado que "se pasaba el día y la noche en los sepulcros y en los montes, gritando e hiriéndose con piedras." Jesús libera a aquel hombre de esos espíritus. Recupera su serenidad y se sienta, el vestido de su dignidad y su juicio.  Y como con demasiada frecuencia los negocios han estado reñidos con Jesús de Nazaret. Su acción liberadora con las personas no casa con el interés general. Como no están dispuestos a perder sus cerdos y los beneficios que les reportan, le suplican al Señor que abandone su tierra. Señor, también hoy hay personas poseídas por una legión de demonios: aislamiento, miedos, culpas, autodesprecio, dolor, fracasos… Ayúdanos a no esquivarlas, a estar cerca, a ofrecerles tiempo y cariño, a valorarlas.....

Las maravillas de Dios

  "¡Sal de este hombre, espíritu impuro!". (Mc 5,1-20) Jesús no tiene miedo a los marginados. Se acerca a ellos y los mira a la cara. Descubre detrás de cada rostro a una persona que sufre y espera ser liberada. Jesús recrea la dignidad humana en quien la ha perdido, se acerca a todo ser humano colocado en los márgenes y lo capacita para la comunicación, entra con su luz en los sepulcros para que brote la vida.  Un hombre poseído por un espíritu inmundo busca a Jesús. Vivía entre sepulcros. Nada ni nadie podía sujetarlo. Gritaba y se hería. Alejado de todos y de sí mismo. Jesús lo libera. Se sienta, y piensa. Está vestido. Recupera su dignidad. En su juicio. Con conciencia. "Y se asustaron". ¿Eres de los que miras hacia arriba, exiges a Dios un cambio a tu vida, pero te asusta el verdadero cambio y el sacrificio y esfuerzo que producen que Él toque tu existencia? ¿Merece la pena? MERECE LA PENA Recordemos que nuestras luchas no son contra seres humanos, ...