Ir al contenido principal

Anúnciales

 


"Espíritu inmundo, sal de este hombre".
 
(Mc 5, 1-20)

Jesús encuentra a un hombre poseído por un espíritu inmundo. Vive entre sepulcros, rompe cadenas, grita y se hiere. Sus demonios reconocen a Jesús. Él los envía a una piara de cerdos. Los porquerizos le piden que se vaya. Cuando no hay bien común, el bien no se percibe.

Jesús se acerca a todo ser humano marginado y lo capacita para la comunicación, entra con su luz en los sepulcros para que brote la vida. Así marca el camino a la Iglesia y a todos los hombres de buena voluntad. Saberse amados da más fuerza que saberse ricos.

Ayúdame, Señor, a aceptar y amar mi pobreza,
esa que tantas veces me avergüenza.
Ayúdame a aceptar y amar la pobreza de mis hermanos.


Jesús libera de las ataduras del maligno. El gran engaño consiste en pensar que nos libera el que nos esclaviza con sus cadenas. Sólo libera Jesús, y para eso se hizo esclavo y murió como esclavo en una cruz. Cuando rechazamos el bien comenzamos a ser poseídos por "Legión".

El encuentro con Jesús cambia la vida, nos libera de todo aquello que nos tiene 'atrapados'. Estamos llamados a anunciarle, a mostrar en medio de nuestro mundo lo que ha hecho con nosotros, y a Él que ha sido el artífice del cambio, de la conversión. Encuentro, envío, anuncio y compromiso de transformación en nuestro entorno. En todo ello el centro es Jesús, Él es el verdadero protagonista.

«Vete con los tuyos y anúnciales lo que el Señor ha hecho contigo» Anunciar el evangelio es nuestra gran misión, pero olvidamos que anunciar lo que Dios nos ama debe comenzar por nuestras familias, nuestro trabajo, a nuestros amigos, debemos hacerlo con el ejemplo de la vida.

 

 

Demonios

Nos rodean, nos entrampan
con fuegos de artificio,
nos muerden por dentro.
Sus nombres son envidia,
soberbia, desprecio, violencia,
prepotencia, burla, vacuidad,
abuso…

Nos ciegan,
aturullan con su discurso
incesante, con su lógica aparente.
Nos envuelven en razones.
Y, sin apenas darnos cuenta,
nos asolan y alejan a unos de otros.
Camuflan el dolor de indiferencia,
y adornan la nostalgia con risas fáciles.

Señor de la verdad desnuda,
del amor posible,
de la justicia auténtica
Dios con rostro humano,
hombre que apunta a Dios…
Rompe las cadenas
y líbranos del mal.
Amén.


(José María R. Olaizola, SJ)


 

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

SAN JOSÉ

Salve, José, amante y tierno padre. Salve, guardián de nuestro Redentor. Esposo fiel de tu bendita Madre y salvador del mismo Salvador. Al buen Jesús pudiste ver sin velo y sobre ti sus miembros reclinó. Al Hacedor de tierra, mar y cielo con cuánto amor le besas y te besó. ¡Oh, qué feliz el nombre de Hijo que dabas! Ninguno fue por Dios tan encumbrado como tú, José. ¡Oh, fiel guardián de nuestro Redentor! Dichoso aquél, José, que tú proteges y el que con fe te invoca en la aflicción, jamás, jamás lo dejas sin amparo y protección. ¡Oh, San José, amante y tierno padre, santo sin par y espejo de virtud! Haznos amar a la divina Virgen y a nuestro Dios y Salvador. “Protege, oh bienaventurado José, protégenos en nuestras tribulaciones. Defiéndenos de las asechanzas del demonio, protégenos con tu patrocinio, y ayúdanos y sostennos con tu auxilio para que podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza”. (León XIII)

Gracias, Señor.

El titulo de esta entrada me la ha do el Papa Francisco esta mañana en su tuit  @ Pontifex_es Termina un año y estamos a punto de comenzar uno nuevo. Se cierra un libro y empieza un nuevo libro con las paginas en blanco. Hoy es un buen momento para hacer balance del año, pedir perdón, dar gracias y pedir ayuda.  En el año que termina ha habido de todo, pero la certeza del amor de Dios ha estado conmigo todos los días. Su ternura la he sentido muchas veces, y muchas veces su mano me ha levantado. Gracias, Señor porque no termino el año sólo y el nuevo lo puedo empezar contigo. Por eso yo no le pido nada al 2015, yo se lo pido a Dios. En tus manos Señor pongo mi vida en este nuevo año 2015

Santa Teresa de Calcuta

UN ÁNGEL EN LA TIERRA   SEÑOR ENSÉÑANOS A AFRONTAR  LAS LUCHAS DE LA VIDA DIARIA “Señor crucificado y resucitado, enséñanos a afrontar las luchas de la vida diaria, para que vivamos en una mayor plenitud. Tú has acogido humilde y pacientemente los fracasos de la vida humana, como los sufrimientos de tu Crucifixión, así pues, ayúdanos a vivir las penas y las luchas que nos trae cada jornada como ocasiones para crecer y asemejarnos más a Ti. Haznos capaces de afrontarlas pacientemente y con coraje, llenos de confianza en tu apoyo”. (Santa Madre Teresa de Calcuta) "Líbrame, Jesús mío, del deseo de ser amada, del deseo de ser alabada, del deseo de ser honrada, del deseo de ser venerada, del deseo de ser preferida, del deseo de ser consultada, del deseo de ser aprobada, del deseo de ser popular, del temor de ser humillada, del temor de ser despreciada, del temor de sufrir rechazos, del temor de ser calumniada, del temor de ser olv...