“Los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz” (Lc 16, 1-8). Al administrador de la parábola se le pide cuentas. Analiza su situación y elabora una estrategia. Sólo no va a poder salir adelante. Llama a aquellos de los que se había aprovechado y ajusta cuentas. Su astucia está en cambiar “él para mi” a un “por nosotros”. "¿Cuánto debes a mi amo? Cien barriles de aceite. Toma tu recibo; aprisa… escribe cincuenta" El propio Cristo en la Cruz consagró esta 'estrategia', llevándola al extremo Seamos nosotros, también, alivio para las cargas de los hombres, anunciando Su misericordia La astucia lleva consigo conocer bien la realidad donde vivimos y no desechar todos los caminos y matices que ella propone. Utilicemos con habilidad sus cauces, sus matices, sus singularidades, para vivir como seguidores de Jesús, para anunciar el Evangelio. Tú, Señor, siempre me sorprendes, Y no me gusta… pero lo necesito. Q...