"Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os injurian." (Lc 6,27-38). Jesús nos llama a amar a nuestros enemigos y a hacer el bien sin esperar nada a cambio. ¿Te sorprende esta palabra? ¿Qué provoca en tu interior? ¿Ensancha los límites de tu tienda? Así es Jesús: capaz de ir a por todas, sin buscar apaños, provocador desde la radicalidad, signo. ¿Qué haces? ¿Te lanzas a un amor gratuito y desinteresado, para parecerte a Dios? ¿Te pones a amar con un amor sin distinciones, incluso a los enemigos? Las palabras de este Evangelio son tan fáciles de entender como difíciles de vivir. Jesús las predicó y, más aún, las vivió, para que también nosotros las vivamos. ¿Por qué tenemos que vivir de esta manera? Jesús nos da la razón más profunda: Dios es compasivo con todos, hace salir el sol para buenos y malos. Señor mío, dame la gracia de perdonar y amar ...