«¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo» (Mt 2, 1-12) Adorar a Dios es reconocer, con respeto y sumisión absolutos, la “nada de la criatura”, que sólo existe por Dios. Atraídos y guiados por la estrella, los Magos superan todas las dificultades para llegar a ver al Rey Mesías, porque saben que está sucediendo algo único en la historia de la humanidad y no quieren faltar a la cita. Los magos de Oriente vienen de lejos, siguen una estrella, entran en una cueva, se postran para adorar al niño. En el camino de su búsqueda hubo noche oscura y dificultades; también las hay en nuestro caminar, y pueden llevarnos a mirar hacia atrás. Los Magos siguieron adelante. El bien siempre sobrepasa a todo acecho de maldad. El amor siempre triunfa. El Dios Amor guía la historia. Sigamos a la estrella que simboliza la luz de nuestra fe. Luz para todos los pueblos y toda la humanidad. V...