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Mostrando las entradas etiquetadas como octubre misionero

Dos actitudes

  " Todo el que se enaltece será humillado,  y el que se humilla  será enaltecido"   ( Lc18,9-14) Enaltecerse o ser enaltecido. Considerarse digno de todo. Conquistador de metas. Autosuficiente y superior. Alejado de Dios y de los demás. O descubrirse pequeño, necesitado, dependiente. Buscador de Dios y servidor de los demás. Dos actitudes céntrales en la vida. Dos maneras de ir a la Iglesia y dos maneras de rezar. La del satisfecho y orgulloso … y la del humilde que sabe reconocer sus fallos y errores. Ante el Señor no cabe otra actitud que sentirnos humildes y limitados, pecadores El fariseo habla de él, el publicano reconoce en Dios la misericordia. El fariseo quiere una respuesta que cree que merece por su esfuerzo; el publicano acepta todo lo que Dios quiera para él, sabe de su misericordia. El primero habla de éxitos, el segundo de su verdad. El evangelio nos invita a vivir la humildad de cara a Dios, reconociéndonos criaturas frágiles, pecadore...

Cuenta

  “Soltó el manto”  (Mc 10,46-52)   "¿Qué quieres que haga por ti?" El ciego quiere ver. Al primero que ve es a Él. Ve el Camino y le sigue, ve a los que van con Él y se une, ve el camino y a los que todavía están en el borde para tener la misma compasión que Jesús le mostró. ¿Qué deseo que Jesús haga por mí? Que pueda verte en cada persona, en las alegrías y tristezas, en cada acontecimiento, en todo y en todos. Que vea Señor, que vea… que vea tu rostro en cada esquina. Que vea reír al desheredado, con risa alegre y renacida Que vea encenderse la ilusión en los ojos apagados de quien un día olvidó soñar y creer. Que vea los brazos que, ocultos, pero infatigables, construyen milagros de amor, de paz, de futuro. Que vea oportunidad y llamada donde a veces sólo hay bruma. Que vea cómo la dignidad recuperada cierra los infiernos del mundo Que en otro vea...