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Mostrando las entradas etiquetadas como Domingo II TO

El vino nuevo

  "Haced lo que Él os diga".     ( Jn 2,1-11). Cada día se producen en nosotros pequeños milagros cotidianos. Ojalá sepamos apreciarlos. Al igual que Jesús convirtió el agua en vino... ¡deja que transforme tu corazón! ¡Confía! El primer signo de Jesús es en un encuentro de amor. El signo de Jesús consiste en transformar aquello que genera necesidad, una situación que quita el sentido de la vida. Es transformar la preocupación en solución, proponer algo nuevo, dar vida. Lo que toda Jesús cambia. Estamos llamados a ser nosotros también signos de Él en medio del mundo. En sus manos para que sea Él quien nos ayude a ser signo.   El Evangelio de hoy remarca que «faltó el vino y la madre de Jesús le dice: "No tienen vino"» . Llamados a estar atentos a las necesidades de los demás como María y convertirnos en escanciadores del Vino Nuevo de Dios allí donde estemos. "Haced lo que Él os diga". En estas palabras María nos deja su testamento más prec...

Una pregunta

  Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: «Qué buscáis? »   (Jn1,35-42). El evangelio, nos invita a escuchar, estar atentos a la llamada e invitación de Jesús, y a vivir la experiencia de estar con Él hoy y siempre. Jesús pide todo porque antes ya nos lo dio todo por AMOR. “¿Qué buscáis?”. Es la pregunta que sacude los resortes de nuestra humanidad. Nuestra vida trata de responder a esa pregunta: ¿Qué buscamos? La persona es buscadora porque en su esencia late la insatisfacción. La necesidad en encontrar un para qué en la vida. Sentimos una llamada permanente a vivir más. Queremos más alegría, más amor, más cariño, más comunicación. Pero no encontramos lo que buscamos. Hasta que encontramos a alguien como Juan el Bautista que nos señala con el dedo a Jesús. Jesús es respuesta, invitación y propuesta: Venid y veréis. Todos los que han venido antes de Jesús nos han confundido prometiendo lo que no nos pueden dar. Él viene a darnos vida y la da en abu...

6 tinajas

  "Todo el mundo pone primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el peor;  tú en cambio has guardado  el vino bueno hasta ahora".   (Jn 2,1-11) El primer signo que Jesús realiza no es una curación extraordinaria o un prodigio en el templo de Jerusalén, sino un gesto que sale al encuentro de una necesidad simple y concreta de gente común. Dios ama actuar así. María, Jesús y sus discípulos son invitados a una boda. En la celebración falta el vino. María se da cuenta y se lo dice a Jesús.  “Haced lo que Él os diga”. Son palabras cruciales de la madre de Jesús. Ella es intermediaria entre Jesús y los invitados. Ella está atenta a todos y sabe de quién fiarse y a quién acudir. Sus pasos se encaminan a Jesús, el único que nos trae la salvación. Seis tinajas de agua de cien litros cada una, se convierten en vino. El derroche de la alegría que sólo Dios puede darnos.   Es muy esperanzador vivir sabiendo que lo mejor de nuestra vida está p...