"Quien guarda mi Palabra no verá la muerte para siempre". (Jn8,51-59). La Alianza establecida por Dios con su pueblo se remonta a la persona misma de Abraham. Él –llamado a ser padre de una inmensa muchedumbre– hubo de madurar en la fe, « esperando contra toda esperanza ». La figura de Abraham juega un papel muy destacado en su relación con Cristo. En Él se realiza, además, la nueva y definitiva Alianza de Dios con la humanidad y la victoria definitiva sobre la muerte. Porque los judíos no conocían al Padre, a quien, no obstante, llamaban « su » Dios, tampoco podían reconocer ni aceptar a Jesús, su Mesías y Enviado. Nos habla del olvido, la verdadera muerte es la de aquel que nadie recuerda, que ha pasado la vida sin sentido, sin vivir y entonces la vida se convierte en muerte porque nada ha tenido sentido. La vida en Cristo es plena. La muerte es enemiga de la vida. Es muerte lo que nos roba el amor, lo que nos distancia de los demás. Es muerte lo que nos ...