"También los perrillos se comen las migajas que caen de la mesa de los amos" (Mt 15, 21-28) “Con amor eterno te amé”. Solo basta experimentar lo que dice el profeta Jeremías (31,1-7) en la primera lectura de hoy para levantar el ánimo cuando nos sentimos poco queridos o sin amor: todo pasará menos el amor de Dios por nosotros. Porque su amor por cada uno de nosotros no tiene fin. Ahora solo falta creerlo. La mujer extranjera le insiste para que Jesús cure a su hija. Jesús en principio es reacio. Ella insiste. Esta es la fe, insistir, perseverar, proponer, llamar, desear que sea Él quien nos encuentre y nos cure. La fe grande es la que no desespera e insiste. “Ten compasión de mi, Señor, Hijo de David”. Una oración que podemos hacer nuestra. Necesitamos de la compasión del Señor para afianzar nuestra fe. Así se hará su voluntad en nosotros. "También los perrillos se comen las migajas que caen de la mesa de los amos...