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Mostrando las entradas etiquetadas como tentaciones

Apoyados en Dios

  "El Espíritu lo fue llevando  durante cuarenta días por el desierto."   (Lc 4,1-13). El desierto es el lugar donde hay una ausencia total de estímulos externos. Es una invitación a no vivir distraídos, sino atentos a lo esencial. Es un aclarado voluntario de cuáles son las motivaciones que nos mueven a vivir. Sin planes, sin ofertas, sin reclamos, para reconocer el hambre y la sed de sentido y de significado. ¿Quién soy? ¿Qué hago aquí? ¿Quién me hace estremecer mi alma? Jesús reconocía que solo se vive de verdad cuando toda la atención la acapara el Dios dador de vida y la misión que Él nos confía. Ayúdame, Señor, a resistir las tentaciones y permanecer fiel a mis valores y convicciones espirituales, incluso en las mayores pruebas El Espíritu lleva a Jesús al desierto para ser tentado por el diablo. La tentación fortalece la fe. Negarse a convertir piedras en pan ( tener); arrodillarse ante el tentador( poder); y renunciar a la voluntad de Dios ( gloria)....

Llévame

  "Convertíos y creed en el Evangelio".    (Mc 1,12-15). El Espíritu empujó a Jesús al desierto. No va por iniciativa propia. No elige quedarse en un lugar inhóspito, hueco de silencios, lleno de sombras. Cuarenta días para ser tentado. Puesto a prueba para prepararse y marchar a proclamar el evangelio. El evangelista Marcos presenta a Jesús como el Hijo de Dios que ha vencido al diablo y está listo para cumplir su misión de salvar al mundo. Su ministerio público comienza con un llamado al arrepentimiento y la fe, invitando a todos a entrar en el reino de Dios. "Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios." Está muy cerca de nosotros la posibilidad de vivir identificados con la realidad habitada por Dios. El Reino no es una realidad utópica que recoge nuestros anhelos y nos hace vivir ingenuamente ilusionados. El Reino es abrazar lo real, de mi, de los otros, de la vida. Es reconocer que Dios nos invita a descubrirle y esa es la novedad permane...

Con la fuerza del Espíritu

  "El Espíritu empujó a Jesús al desierto" .   (Mt 4,1-11) El Evangelio nos conduce al desierto con Jesús. El desierto, lugar de silencio, de amor, del escucha, de vida, de muerte, de riesgo, de susurros, de soledades, de fantasmas, de aullidos, de tentaciones. El desierto, lugar del encuentro con Dios, de la oración, reflexión, gimnasio de virtudes y forja de voluntad, ayuno y plena confianza en Dios y su gracia para vencer y superar las pruebas y tentaciones de la vida. Allí, sin distraernos, nos adentramos en ese recóndito lugar donde se produce el maravilloso encuentro con Dios. Allí, con la fuerza del Espíritu, aprenderemos a vencer las tentaciones más comunes y frecuentes. Las tentaciones procuran entorpecer el camino que lleva a la Tierra Prometida, la Pascua eterna.   En la vida vas a tener muchas tentaciones que te alejan del camino. ¡Sé fuerte! ¡Confía en la ayuda del Padre! Jesús es llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. ...