"Esforzaos en entrar por la puerta estrecha, pues os digo que muchos intentarán entrar y no podrán." (Lc 13, 22-30). No porque nadie se lo impida, sino porque acumulando tantas seguridades y prestigios, no caben por la puerta. Es estrecha la puerta porque solo cabe lo esencial, no lo accesorio. Y vivimos tan distraídos por lo relativo, por lo externo, por lo efímero. Sólo nos llevaremos lo que cabe en un corazón que ama. La memoria de lo amado, entregado y ofrecido. Nada más. Cuando debemos entrar por un lugar angosto, lo primero que debemos dejar es la mochila llena de seguridades y de egoísmos que llevamos con nosotros. Cuanto más seamos nosotros mismos, más fácil será entrar por la puerta. Querían entrar por la puerta ancha, la de la alfombra roja y eso Mira al Crucifijo… ¿No ves la luz detrás? Es Cruz gloriosa y la puerta del Cielo Ten cuidado, no te equivoques de puerta, no hay otra que lleve al Cielo Volver al Evangelio y dejar que nos transform...