«¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?». (Mt 26,14-25). Hay que prepararse para la despedida. Cenar con los amigos, decir adiós, se intuye una traición… Llegan momentos cruciales. ¿Está preparado mi corazón? ¿Me dejo mover y conmover por Jesús? Se ajustaron con Judas en treinta monedas de plata. Jesús tiene el precio de la tradición. Ya no se ve al amigo, al Maestro. Todo es reducido a un precio, y el dios dinero enaltecido. Y quien lo entrega pregunta: ¿Soy yo acaso? Sin responsabilidad. Es el día de la traición. De la negociación fría. Pero también el día del silencio de Jesús, que conoce el corazón de Judas… y no se defiende. Hoy es un día para mirar el pecado con seriedad. El pecado tiene consecuencias. Pero también es día para abrirnos a la misericordia: Jesús no maldice a Judas, le llama “amigo” incluso en Getsemaní. Jesús desea celebrar la Pascua con sus discípulos. En ese contexto, instituye el sacramento de la Eucaristía y de...