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Mostrando entradas de julio, 2023

Levadura en la masa

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  «El reino de los cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina, y basta para que todo fermente».   (Mt 13,31-35) El reino de los cielos se compara con una semilla insignificante que se convertirá en un gran árbol, y con la levadura escondida, que hace fermentar la masa. Dos imágenes precisas y preciosas de la grandeza de lo pequeño y de la trascendencia de lo invisible. Resulta difícil ser levadura, por distinta cualidad y menor en cantidad. Lo fácil es ser masa. Sin embargo el Maestro nos indica que el reino de los cielos se parece a la levadura. Basta un poco para que fermente todo. Igual que en el reino de Dios: unos pocos lo transforman todo. No se trata de cantidad, sino de autenticidad. Nuestros pequeños gestos construyen reino y son transformadores si somos capaces que acoger al prójimo a través de ellos.  Sin protagonismos. Pequeños pero siendo 'esponjosos', abiertos y acogedores seremos transformadores del mundo. Los grandes

Por Ti

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  "Un discípulo del reino de los cielos  es como un padre de familia  que va sacando de su tesoro  lo nuevo y lo antiguo".   (Mt 13,44-52). Cada una de nuestras vidas es el mayor tesoro que podremos encontrar. Muchos vivimos en la ignorancia de lo preciosos y queridos que somos. Por eso la misión evangelizadora de la comunidad de fe no es otra que acercarse a cada vida, con los pies descalzos, sabiendo que el terreno que pisamos es sagrado, y contemplar el tesoro de cada vida. Siempre con novedad, siempre con historia. El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido; a un comerciante de perlas finas; a una red. Comparaciones que subrayan el valor y no el precio. Lo valioso no se decide, porque su importancia sería relativa. Tiene un valor en sí que no se le da. Lo tiene. El tesoro y la perla apuntan al valor, que no precio, inherente al reino de Dios. Lo que cuesta mucho dinero está en los escaparates, puede ser visto por todos, y tiene un cierto carácter obsc

Para vivir

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  "Yo soy la resurrección y la vida:  el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá."   (Jn 11,19-27). Marta y María eran dos hermanas unidas no solo por su parentesco de sangre, sino también por sus sentimientos de piedad; ambas estaban estrechamente unidas al Señor, ambas le servían durante su vida mortal con idéntico fervor. Marta lo hospedó. San Agustín Marta, María y Lázaro eran hermanos; mientras hospedaban al Señor en Betania, Marta le servía con solicitud, María le escuchaba piadosamente y con sus ruegos impetraron la resurrección de su hermano. «Marta, Marta, andas inquieta y preocupada con muchas cosas; solo una es necesaria. María, pues, ha escogido la parte mejor, y no le será quitada». ( Lc 10, 38-42) Marta de Betania es acogedora y hacendosa, preocupada siempre de servir hasta donde alcanzan su responsabilidad y sus fuerzas. Por llenarse de atenciones se pierde la atención a la palabra del Amigo. El Señor alaba su esfuerzo en el servicio pero aún hay