Líbranos

 



“¿Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios?”
 
(Mt 8, 28-34)

Nos rodean, nos entrampan
con fuegos de artificio,
nos muerden por dentro.

Sus nombres son envidia,
soberbia, desprecio, violencia,
prepotencia, burla, vacuidad,
abuso…

Nos ciegan,
aturullan con su discurso
incesante, con su lógica aparente.
Nos envuelven en razones.

Y, sin apenas darnos cuenta,
nos asolan y alejan a unos de otros.
Camuflan el dolor de indiferencia,
y adornan la nostalgia con risas fáciles.

Señor de la verdad desnuda,
del amor posible,
de la justicia auténtica
Dios con rostro humano,
hombre que apunta a Dios…
 Rompe las cadenas
 y líbranos del mal.
 Amén.

José Mª Rodríguez Olaizola, sj


 

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