"¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están?" (Lc 17,11-19). En este pasaje, vemos la esencia humana: la ingratitud y el olvido. Diez leprosos. Van a pedir compasión. Quedan limpios en el camino. Nueve siguen caminando, curados. El único que vuelve, alaba a Dios, se postra ante Jesús y agradece. Los otros se han creído merecedores del don recibido. ¿Agradecimiento o meritocracia? A Jesús le cuesta entender nuestra falta de agradecimiento. Jesús limpia la lepra de diez personas y solo una vuelve a agradecerle. Es la misma proporción de gratitud que tenemos con Dios, los que lo recibimos todo de su mano pero nos lo apropiamos. Cuanto amor se da que no se valora. Cuanta exigencia, cuanto reproche, cuanta queja, olvidando que hay alguien que siempre nos cuida. Nosotros también, con frecuencia olvidamos agradecer los dones recibidos. No olvidemos que el amor de Dios llega a nosotros normalmente por medio de la gente que se preocupa...