“¡Dichosos, pues, vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen! Os digo de verdad que muchos profetas y justos desearon ver lo que vosotros veis, pero no lo vieron, y oír lo que vosotros oís, pero no lo oyeron” . (Mt 13,10-17) Damos gracias a Dios porque se nos ha concedido el don de escuchar y comprender poco a poco la Palabra de Dios. No tenemos más méritos que otros. La fe es un don. Este don no supone para nosotros un privilegio, sino una responsabilidad. El don que hemos recibido no ha de servir sólo para nuestro enriquecimiento personal. Hemos sido agraciados para que la Gracia llegue a otros; hemos sido amados, para que el Amor llegue a otros; hemos sido ungidos, fortalecidos, para que el Espíritu fortalezca a otros. Ver y oír para reconocer el paso de Dios por nuestra vida. Celebrar hoy a Joaquín y Ana es recordar todo lo que nuestros mayores han sembrado en sus hijos y nietos. A nosotros nos toca recibirlo y propiciar las condicione...