"¡Que llega el esposo, salid a su encuentro!" (Mt 25, 1-13) En la quietud de la noche que precede al amanecer, la humanidad debe reflexionar y decidir: ¿estamos preparados para el encuentro con el esposo, o seremos hallados faltos, con nuestras lámparas vacías y nuestras almas en peligro de condenación eterna? El reloj sigue su marcha. Las diez vírgenes se plantean el presente de diferente forma. Cinco son necias. Viven centradas en el momento. Distraídas en las realidades materiales y efímeras. Cinco son sensatas. Viven con la esperanza del esposo. Centradas en su venida. Acogiendo la Verdad. Estar prevenidos significa orientar la existencia de cara al encuentro con el Señor, hacer de este acontecimiento el faro de la vida. Enciende mi lámpara, Señor, con el aceite de la fe, de la alegría, de la fraternidad y del amor. Entendemos la vida del cristiano como una gozosa preparación para el encuentro definitivo con Jesucristo, el esposo fiel. Nuestra preparación y b...