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Mostrando las entradas etiquetadas como Humiidad

El primero

  «¿De qué discutíais por el camino?».  Ellos callaban, pues por el camino  habían discutido quién era el más importante . (Mc 9,30-37). Mientras el mundo se llena de conflictos por la escalada de ambiciones, rivalidades y sobresalir por encima de los demás, Jesús enseña a sus discípulos el camino contrario: ser los últimos de todos y servidores de todos. Aunque no está de moda, sólo este último es Buena Noticia. Es impresionante como la capacidad de acogida y de escucha de los discípulos es tan poca frente a las palabras de Jesús. Él les habla de entrega, de muerte, de cruz. Ellos peleándose por ocupar los primeros puestos. Creo que Jesús vivió momentos de desolación al ver la profunda incomprensión que los suyos tenían respecto a su misión. Por eso abraza a un niño, abraza su inocencia, su asombro, su ilusión y su dejar espacio para que la vida sea, la realidad abrace toda su vida. Ser servidor es ponerse al lado de los que sufren, es dejar pasar a los ...

Confía

  "Ni en Israel he encontrado tanta fe"    (Lc 7,1-10) El centurión muestra una fe profunda en actitudes concretas. Envía ancianos para que le rogasen a Jesús. Manda amigos porque no se cree digno de recibirlo ni de acercarse a él. Confía en su palabra que desborda autoridad. Su fe en honda y humilde. Jesús la alaba. El Maestro alaba la fe del centurión: confía en la palabra de Jesús y en su poder sanador más que la mayoría de los de su propio pueblo. «No soy digno de que entres bajo mi techo» Con pocas palabras se ve la fe de alguien que reconoce la grandeza del otro y su propia pequeñez, aunque a los ojos de los hombres sea al contrario. Desde la humildad de uno, es cuando la grandeza de Dios se está manifestando en él. "Basta que lo digas de palabra y mi criado quedará sano". Su confianza es plena. Cuántos extranjeros de hoy podría ponernos Jesús como modelos. "Ni en Israel he encontrado tanta fe". Una confianza plena en Él, sabiendo lo mucho ...

  “El publicano bajó a su casa justificado,  y el fariseo no” .   ( Lc 18, 9-14). "Dijo Jesús esta parábola a algunos que confiaban en sí mismos por considerarse justos y despreciaban a los demás..." ¿Han leído este evangelio los que dicen ser creyentes e insultan, faltan al respeto, generan bronca...? Decía Santa Teresa: “El cimiento de la oración va fundado en la humildad, y mientras más se abaja un alma en la oración, más la sube Dios”. "Todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido". La humildad de reconocer los errores. Humildad sincera que abre la vida de par en par ante Dos que la da. El reconocimiento del pecado sabiendo la misericordia que puede transformarlo, una humildad que no exige, que agradece aunque sólo sea una mirada. Si los demás son un motivo de comparación, el riesgo puede ser el fariseísmo. Creerse mejor que los demás porque el comportamiento es el correcto en la medida de la norma, que no del corazón. ...