El desierto es el lugar donde hay una ausencia total de estímulos externos. Es una invitación a no vivir distraídos, sino atentos a lo esencial. Es un aclarado voluntario de cuáles son las motivaciones que nos mueven a vivir. Sin planes, sin ofertas, sin reclamos, para reconocer el hambre y la sed de sentido y de significado. ¿Quién soy? ¿Qué hago aquí? ¿Quién me hace estremecer mi alma? Jesús reconocía que solo se vive de verdad cuando toda la atención la acapara el Dios dador de vida y la misión que Él nos confía.
Ayúdame, Señor, a resistir las tentaciones y permanecer fiel a mis valores y convicciones espirituales, incluso en las mayores pruebas
El Espíritu lleva a Jesús al desierto para ser tentado por el diablo. La tentación fortalece la fe. Negarse a convertir piedras en pan ( tener); arrodillarse ante el tentador( poder); y renunciar a la voluntad de Dios ( gloria). Apoyados solo en Dios.
La experiencia de desierto obliga a considerar lo esencial de la propia existencia, aquello por lo que puedo morir o por lo que merece la pena vivir. Y la vida es combate y superación, es caminar hacia la Tierra Prometida evitando las tentaciones que impiden alcanzar esa meta.
La vida es un regalo de Dios y en sus manos estamos, no le pongamos nunca a prueba, Él nos ama, no tengamos miedo.
Vencer las tentaciones es salir del desierto de la soledad para entrar en el oasis del encuentro con Dios, de sentirnos en sus brazos, de descubrir que el hambre, la inseguridad y el miedo en las manos de Dios no nos paralizan sino que renuevan nuestra fe en Él.
y el éxito no nos llena como ansiamos.
Porque el amor más grande deja huecos de soledad,
porque nuestras miradas no rompen barreras,
porque queriendo amar nos herimos,
porque chocamos continuamente con nuestra fragilidad,
porque nuestras utopías son de cartón
y nuestros sueños se evaporan al despertar.
Porque nuestra salud descubre mentiras de omnipotencia
y la muerte es una pregunta que no sabemos responder.
Porque el dolor es un amargo compañero
y la tristeza una sombra en la oscuridad.
Porque esta sed no encuentra fuente
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