Somos "un pueblo de dura cerviz": nos cuesta mucho avanzar por el camino de la conversión. Con frecuencia pensamos que todo el mundo tiene que cambiar, pues todos viven en el error, todos están equivocados, todos han de convertirse. Y el Señor me incluye, en el "todos", a mí.
"Se puso Jesús a recriminar a las ciudades donde había hecho la mayor parte de sus milagros." El Jesús con el que oramos es manso y humilde de corazón, pero también es capaz de recriminarnos por amor. No ha venido a ser condescendiente, sino a qué nazcamos de nuevo. Es paciente, misericordioso, pero sufre al vernos sufrir, tener, enterrar los talentos y capacidades que nos ha dado. La exigencia sin amor tiraniza. El amor sin exigencia atonta. El amor con exigencia expande, libera, nos hace crecer.
En las ciudades del lago, donde más ha trabajado Jesús, hay más cerrazón a su mensaje. ¿Pasa lo mismo en tu vida? ¿Qué has hecho con la luz? Jesús te invita a recordar lo que has ido recibiendo como don a lo largo de tu vida. Ojalá brote en ti de nuevo el deseo de acoger el amor en las profundidades de tu alma.
Jesús recrimina a las ciudades donde ha hecho más milagros porque no se han convertido. Han permanecido en la increencia y el alejamiento de Dios. Si no reconocemos el paso de Dios por nuestra vida, no experimentaremos el milagro de su gratuidad y su cuidado.
Virgen del Carmen, enséñanos a acoger y vivir la Palabra con amor.
Los milagros de Jesús eran señales para provocar una conversión de aquellos que los veían, era el comienzo de una respuesta, de iniciar un camino nuevo en la vida de buscar otra manera de estar y ser en el mundo. Tenemos que buscar la manera de profundizar en aquello que Jesús nos propone, nos sigue invitando a vivir el Evangelio. Hay muchas señales en la vida de su presencia que nos siguen invitando a responder, a convertirnos, a vivir el Evangelio.
“El día del juicio les será más llevadero a Sodoma que a ti” Tanta amenaza con el fuego destructor, tantas condenas, tanta exclusión, tantos juicios en tu nombre, y resulta que a Sodoma, que realmente fue condenada por abusar del forastero, y atentar contra la ley de la hospitalidad, le será más llevado el día del juicio final, que llegará para nuestro asombro, al poner a cada uno en su sitio.
- Gracias, Señor.
Todo el amor entregado de Jesús a la humanidad es una invitación a la conversión. Cada eucaristía es una fuente de conversión.
Cultiva hoy el asombro. Asómbrate del amor de Jesús que se pone sin condiciones en tus manos. Asómbrate del amor loco de Jesús que se entrega por entero para darte vida.
Tu eucaristía es siempre un amor ofrecido.
La mía, ¿qué es, Señor?
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