Escucharte
El origen del Mesías preocupaba mucho a los judíos. No querían ser engañados. Por eso miraban a Jesús con sospecha. Se negaban a creerle, por su origen sencillo, por conocer a su familia, por su "normalidad". A nosotros nos puede pasar que asociemos lo divino a lo extraordinario, lo milagroso, lo sobrenatural. Y Jesús agradece que Dios se revela a los pobres y sencillos. Y se oculta a los sabios y inteligentes.
Detrás de la indiferencia generalizada y de la apostasía silenciosa pervive la preocupación, imposible de acallar en el corazón humano, que pregunta por el sentido de su vida. Quien se lo plantea, termina buscando luz a sus interrogantes y encontrando la atrayente voz de Jesús.
Jesús enseña y despierta inquietud con sus preguntas. Quedan pendientes de respuesta. Pone como referente a David, gran rey de Israel. Hombre movido por el Espíritu Santo. Jesús plantea argumentos desde la Sagrada Escritura, y provoca que quien lo escuche, esté a gusto.
"Le escuchaba a gusto". Seguro que sabes lo que es disfrutar de un concierto o escuchar una canción que te toca el corazón... Por eso, disfruta de su Palabra, de su música, de su pasión por ti... Escúchale y déjate llevar...
La multitud, escuchaba a Jesús con agrado... La escucha no es fácil hoy inmersos en medio de tanto y tantos ruidos; sin embargo, es la actitud y la disposición para transformar nuestra vida
"La gente... disfrutaba escuchándolo." Todos lo hacemos, nos encanta su Palabra. Es directa, está cargada de esperanza, nos conoce bien. Es una Palabra que llama y acompaña. Está llena de ternura y al mismo tiempo te quema por dentro, te mueve al compromiso. Escucharle llamar Padre a Dios y explicarlo en la parábola del hijo pródigo hace que me sienta profundamente querido. Hagamos del Evangelio guía.
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