"Actúa con astucia".

 


“Los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz” 
(Lc 16, 1-8).

Jesús, con la parábola del administrador infiel, nos recuerda que los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz, y nos invita a ser astutos para anunciar y predicar el Evangelio

El administrador se ha creído dueño. Ha dispuesto de los bienes y su posición para lucrarse y malgastar. Sin embargo, es capaz de obrar con astucia para no verse en mala situación. Se ajusta con los deudores para corregir su mala actuación y su trato injusto.

Dichosa la comunidad que llega a ser un abismo de bondad; Cristo se trasluce incomparablemente en ella.


«Los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz»
Él mismo nos recuerda que ser astuto no está reñido con el buen actuar con los demás. Aprovechar las circunstancias, si es por el bien que podemos hacer, es mejor que quedarnos parados sin hacer nada.

Esta afirmación del Señor nos enfrenta a una dura realidad: en cosas mucho más sencillas los hijos de este mundo son más astutos y esforzados que los hijos de la luz. Desde luego que por el mensaje que anunciamos cabría esperar por nuestra parte mayor compromiso y entusiasmo.

Nuestro objetivo es hacer el bien, transformar relaciones y situaciones de injusticia, buscar la manera para que todos los hombres y mujeres de este mundo vivan con dignidad. La astucia es poner todos los medios, todos los saberes de este mundo al servicio del bien.

Somos hijos de la luz pero tenemos que tener la astucia, el empeño, los medios... para que la luz prenda en cada corazón de los hombres y mujeres de este mundo.

"Actúa con astucia". No te dejes engañar, no te dejes llevar...Lo que luce como felicidad como envío urgente tiene fecha de caducidad. No seas tonto y abraza a Quien sabes que quiere lo mejor para ti. Hasta la locura te amo... Fdo: Dios


El regalo del Reino es la gran riqueza que Dios otorga a quienes lo buscan con sincero corazón, una riqueza que no se puede encerrar o corremos el peligro de perderlo todo. Los bienes de este mundo tendrán valor siempre que nos permitan crecer en el ejercicio del amor y la justicia.

  
Señor, gracias por todas las capacidades que me has dado. 
Ayúdame a ponerlas al servicio de los hermanos,
de tu Reino de justicia, verdad, amor y paz.
Que mi astucia no se vuelque en alcanzar mis caprichos

 Tu memoria, tus palabras, tus actos, deben anunciar de modo renovado, audaz e intrépido, la Palabra de Dios que nos hace libres y nos da vida


Por el servicio de la Iglesia

Señor, nos unimos a toda la Iglesia
y te pedimos para que
podamos asumir la responsabilidad
que nos corresponde por ser bautizados.

Asiste el peregrinar
y el trabajo de tu pueblo,
para que entre todos,
buscando vivir la fidelidad a tus enseñanzas,
podamos ser signos de paz,
de esperanza y de amor,
en medio de una sociedad
que vive los desafíos
de la mentira y la corrupción.

En tus manos depositamos
el deseo de vivir
y de formar comunidades eclesiales,
en las cuales todos se sientan hermanos
en torno a tu Palabra.

Amén.



 

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