La fiesta de los Inocentes





“EL ÁNGEL DEL SEÑOR SE APARECIÓ 
EN SUEÑOS A JOSÉ Y LE DIJO: 
LEVÁNTATE, TOMA AL NIÑO Y ASU MADRE 
Y HUYE A EGIPTO; 
QUÉDATE ALLÍ HASTA QUE YO TE AVISE, 
PORQUE HERODES VA ABUSCAR AL NIÑO 
PARA MATARLO"
(Mt 2, 13-14).

El evangelio presenta a Jesús rechazado y combatido desde el inicio. O como nuevo Moisés que, a pesar de las amenazas de muerte, formará el nuevo y definitivo pueblo de Dios. 
La fiesta de los Inocentes evoca a tantos niños que cada día son víctimas de la crueldad, ambiciones u omisiones humanas. 
Mientras haya niños muertos por el hambre, la violencia o engullidos por el mar, significa que aún nos queda mucho camino en la construcción del Reino inaugurado por Jesús. 
Familias de prófugos, desechados, con la inocencia crucificada. Donde sufren tantos inocentes allí está la familia de Nazaret dando aliento. 

El poder de los tiranos deja la tierra sembrada de dolor pero no puede con la fuerza vital que aportan tantas familias de la tierra.  

“Ante cada familia se presenta el icono dela familia de Nazaret, con su cotidianeidad hecha de cansancios y hasta de pesadillas, como cuando tuvo que sufrir la incomprensible violencia de Herodes” (AL 30).  

• Haznos conscientes, Señor, de nuestra responsabilidad en la vida y la dignidad de los niños.

Aquellos infantes de Belén muertos por causa de Cristo nos muestran las consecuencias terribles del afán de poder. 
Pero también, la fuerza dé Dios que da vida para siempre, más allá de todo mal que los hombres puedan crear en este mundo: 

«El rey teme que todo su mundo edificado sobre el poder, el prestigio, la corrupción, entra en crisis por un niño. 
Y Herodes llega a matar incluso a los niños: por este temor pierde el juicio» (Papa Francisco).

Señor, contemplamos tu bondad y tu ternura,
en la pobreza y humildad del portal de Belén.
Y nuestro corazón se llena de paz y alegría.

Pero hasta la ternura a veces es mal recibida.
Herodes te recibió con miedo y violencia.
Tu bondad resultó peligrosa para muchos
y acabaste colgado en el madero de la cruz.

Nos parece increíble, pero esto sigue pasando:
muchas personas que aman son incomprendidas,
porque su bondad supone una denuncia de la maldad,
porque preferimos la mediocridad a la santidad.

Señor, no dejes que otros paguen mis temores y enfados,
Perdona el mal que hacemos a muchas personas buenas.
Danos fuerza para compensar con amor nuestros errores
y para defender a los Santos Inocentes de este tiempo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

"Señor, enséñame a orar"

Colaborar con el Señor

Gracias, Señor.