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Jesús fue plenamente humano, Dios en forma humana.




“Jacob engendró a José, el esposo de María, 
de la cual nació Jesús, llamado Cristo”
 (Mt 1,16)   

Hasta Navidad los evangelios son textos de Mateo y Lucas previos al nacimiento de Jesús. 
Mateo presenta lo que podría ser el documento de identidad de Jesús, recordando a sus antepasados hasta Abraham. 
El Mesías es hijo de un pueblo donde hay de todo, gracia y pecado. 
Y, haciéndose hijo de ese pueblo, se hace hermano de toda la humanidad. 
«El santificador y los santificados proceden todos del mismo. 
Por eso no se avergüenza de llamarlos hermanos».

- ¡Gracias, Señor, por querer ser nuestro hermano y formar parte de nuestra historia!

 
Jesús espera a cada ser humano con los brazos abiertos. 
¿Sé que estoy injertado en una historia de vida?   

“No huyamos de la resurrección de Jesús, nunca nos declaremos muertos, pase lo que pase. 
Que nada pueda más que su vida que nos lanza hacia adelante” (EG 3). 

 Oye, Señor…
Queremos reunirnos en tu presencia,
juntarnos en torno a ti,
para que nos hables al corazón
y nos envuelvas en tu Amor.
Haz que entre nosotros florezca la justicia,
que nos tratemos con paz,
y que obremos con rectitud,
para que no andemos divididos.
Socórrenos, Señor, que te necesitamos,
llega al corazón de cada uno
y a las comunidades y grupos,
para que te sigamos a ti, y sólo a ti.
Haz, Señor, que no andemos divididos,
que nuestras diferencias sean complementarias,
que creamos todos en tu Amor,
sin poner énfasis en tus normas y modos.
Bendícenos a todos, Señor,
a los que te conocemos
y ya te disfrutamos
y a los que aún no creen en ti. 

Por eso, Señor:
No te pido me hagas grande.
No te pido sobresalir.
Ni sentirme más que los demás, sino aceptarlos como son.
Te pido me concedas la gracia:
De ser yo mismo.
El que tú quieres que sea.
El que soy de verdad.
Con mis virtudes y cualidades.
Con mis defectos, con mis éxitos y fracasos..
Que sepa reconocer tus dones.
Que sea agradecido a tus regalos.
Que los ponga en circulación.
No soy más por creerme más.
Déjame ser desde mi pobreza:
Lo que soy y quieres que sea.

Señor Jesús,
tócame con tu cetro
y señálame para Ti.
Que tu venida en carne restaure mi corazón
y sea agradable para el Padre.

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