Ir al contenido principal

La misión de Jesús





“Mi padre sigue actuando y yo también actúo” (Jn 5,17) 
 
Podríamos decir que a la pregunta de Isaías:
« ¿Es que puede una madre olvidarse ?», responde Jesús diciendo que el Padre —suyo y nuestro— jamás deja de ser Padre y dador de vida para todos. 

Esta es la misión que Jesús ha recibido: comunicar la vida eterna en nombre del Padre.
 
Jesús, en su actuación, muestra la experiencia del Padre que lleva grabada en las entrañas.
Hace esta consoladora confidencia:
Ni Él ni el Padre se han alejado de este mundo. 

El Espíritu Santo ama tu vida mucho más de lo que tú la amas. 
Esto puede llevarte a una gran confianza.
Por muy mal que te vayan las cosas, el Espíritu nunca te abandona.   

Espíritu Santo, realiza en nuestro interior la obra de Jesús: que la voluntad del Padre se cumpla plenamente en nosotros.
Y es la misión que el Espíritu Santo continúa en el mundo a través de la Iglesia y de quienes se dejan guiar por él.

El recuerdo del juicio es invitación a colaborar con el proyecto del Padre.

- Dios y Padre nuestro: gracias porque no eres espectador de lo que ocurre en el mundo, sino que actúas para que llegue a plenitud lo que un día iniciaste.

 “El Hijo no puede hacer nada por su cuenta 
sino lo que viere hacer al Padre” (Jn 5,19)  
 
“Como ama el Padre, así aman los hijos.
Como Él es misericordioso, así estamos nosotros llamados a ser misericordiosos los unos con los otros” (MV 9).  
Cuando miramos al Padre de Jesús y nuestro siempre está dando vida a manos llenas. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

SAN JOSÉ

Salve, José, amante y tierno padre. Salve, guardián de nuestro Redentor. Esposo fiel de tu bendita Madre y salvador del mismo Salvador. Al buen Jesús pudiste ver sin velo y sobre ti sus miembros reclinó. Al Hacedor de tierra, mar y cielo con cuánto amor le besas y te besó. ¡Oh, qué feliz el nombre de Hijo que dabas! Ninguno fue por Dios tan encumbrado como tú, José. ¡Oh, fiel guardián de nuestro Redentor! Dichoso aquél, José, que tú proteges y el que con fe te invoca en la aflicción, jamás, jamás lo dejas sin amparo y protección. ¡Oh, San José, amante y tierno padre, santo sin par y espejo de virtud! Haznos amar a la divina Virgen y a nuestro Dios y Salvador. “Protege, oh bienaventurado José, protégenos en nuestras tribulaciones. Defiéndenos de las asechanzas del demonio, protégenos con tu patrocinio, y ayúdanos y sostennos con tu auxilio para que podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza”. (León XIII)

Gracias, Señor.

El titulo de esta entrada me la ha do el Papa Francisco esta mañana en su tuit  @ Pontifex_es Termina un año y estamos a punto de comenzar uno nuevo. Se cierra un libro y empieza un nuevo libro con las paginas en blanco. Hoy es un buen momento para hacer balance del año, pedir perdón, dar gracias y pedir ayuda.  En el año que termina ha habido de todo, pero la certeza del amor de Dios ha estado conmigo todos los días. Su ternura la he sentido muchas veces, y muchas veces su mano me ha levantado. Gracias, Señor porque no termino el año sólo y el nuevo lo puedo empezar contigo. Por eso yo no le pido nada al 2015, yo se lo pido a Dios. En tus manos Señor pongo mi vida en este nuevo año 2015

La familia según el papa Francisco

100 consejos de papa Francisco a las familias que se encuentran esparcidos en las catequesis pronunciadas entre diciembre de 2014 hasta septiembre de 2015.   1.   “Permiso”, “gracias”, “perdón”.   En efecto, estas palabras abren camino para vivir bien en la familia, para vivir en paz. Son palabras sencillas, pero no tan sencillas de llevar a la práctica. Encierran una gran fuerza: la fuerza de custodiar la casa, incluso a través de miles de dificultades y pruebas; en cambio si faltan, poco a poco se abren grietas que pueden hasta hacer que se derrumbe (13 de mayo de 2015). 2. La primera palabra es “permiso” (…) Entrar en la vida del otro, incluso cuando forma parte de nuestra vida, pide la delicadeza de una actitud no invasora, que renueve la confianza y el respeto. La confianza, en definitiva, no autoriza a darlo todo por descontado. Y el amor, cuando es más íntimo y profundo, tanto más exige   el respeto de la libertad y la capacida...