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"Dios es misericordioso"

 

"La mano del Señor estaba con él".
 
(Lc 1,57-66).

El pasaje del nacimiento de Juan Bautista está narrado en un ambiente familiar y festivo que nos habla de un pueblo abierto a la vida, que ve en cada nuevo ser humano un regalo de Dios para toda la comunidad. Cuando tantas veces hoy una vida nueva es vista como una amenaza para la felicidad personal, o incluso como un peligro para la supervivencia de la especie, la actitud de los habitantes de Judea nos invita a una cultura de la vida. «Juan es su nombre», escribió Zacarías en la tablilla. Juan, que significa «Dios ha hecho la gracia». Y es que eso es cada nueva vida que llega a la tierra, gracia de Dios para sus padres y para la humanidad entera.

El nacimiento de Juan, "Dios es misericordioso", estuvo rodeado de circunstancias singulares: inesperado, siendo su madre estéril fue concebido en la ancianidad; además, con la vocación de ser el precursor del Mesías... sin lugar a dudas, "la mano del Señor estaba con él"


El nombre nos da identidad y misión. Juan es un nombre de origen hebreo, que significa «Dios es compasivo, favorable, inclinado hacia alguien». Su nombre rompe con la tradición familiar. Su misión será única y trascendente.

Cuando vemos a personas que obran el bien decimos que Dios le acompaña. Hacer el bien y construir la paz en un mundo dividido necesita de personas que sientan la compañía de Dios. Que la Navidad haga que sintamos esa mano y obremos el bien.

¡Bendito seas Dios mío! 
Tú eres sembrador de esperanza, cumplidor fiel de tus promesas. 
Entras en nuestra vida, sin casi darnos cuenta, 
y nos sorprende tu inmenso amor.


"La mano del Señor estaba con él".
Desde el principio Juan Bautista iba a ser importante. La promesa a Zacarías se hace realidad. Isabel a luz un hijo que será único, que anunciará al Mesías. Desde el principio la mano de Dios está con él, todo es obra de Dios. Juan es elegido, es profeta que anuncia, propone y vive la promesa de Dios a su pueblo.

Cuando vemos a personas que obran el bien decimos que Dios le acompaña. Hacer el bien y construir la paz en un mundo dividido necesita de personas que sientan la compañía de Dios. El Dios de la Vida se manifiesta donde hay vida y la multiplica- ¿Soy capaz de asombrarme ante el misterio de la Navidad? ¿Se lo cuento a los demás? Que la Navidad haga que sintamos esa mano y obremos el bien.


Para ser tu mensajero

Ilumina mi sombra para llevar tu luz.
Ilumina mi sonrisa para abrazar tus resurrecciones.
Ilumina mi impotencia para fortalecerme en tu amor. Ilumina mi andar para crecer en la entrega. Ilumina mis palabras para no tener miedo a tus silencios. Ilumina mis lágrimas para seguir sembrando. Ilumina mis errores para aprender de vos. Ilumina mi oración para no ser sordo a tu llamado. Ilumina mi latir para no perder el ritmo del Reino. Ilumina mis necesidades para animarme a vivir más allá de ellas. Ilumina mi amor para que sea incondicional y hasta el extremo como el tuyo.
Ilumina mi soñar para despertar contigo. Ilumina mi música para cantar con los demás. Ilumina mis heridas para regarlas desde el manantial. Ilumina mi carisma para que sea plenitud de vida. Ilumina mi cercanía para construir a la vez distancias y puentes. Ilumina mi Eucaristía para hacerlo en memoria tuya. Ilumina mi paz para ser tu mensajero.
(Marcos Alemán, sj)


 

 

 

 

 

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