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Mostrando entradas de agosto, 2025

Bienaventurado

  "Invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos;  y serás bienaventurado,  porque no pueden pagarte."   (Lc14,1.7-14). Hoy Es importante y necesario situarnos bien en la vida. Saber el puesto que tenemos en las relaciones. Conocer el lugar que nos corresponde en las organizaciones. Seremos sencillos y creceremos en humildad, que no es más que la verdad de lo que somos. Comencemos, de nuevo, a vivir plenamente la virtud de la humildad. Dejar de mirarnos el ombligo, de pensar siempre en nuestras propias necesidades… La humildad es ser libre de uno mismo. Quien se engrandece parece no haber encontrado nada más interesante que sí mismo. Pero quien ha comprendido que es muy valioso a los ojos de Dios, tiene cosas más grandes de las que gloriarse y posee una dignidad que brilla por sí sola.   "Invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; y serás bienaventurado, porque no pueden pagarte." Hoy nos invitas a amar la imperfección. Nos pasamos la vida en la autoexigencia de...

¿Qué es más importante?

  "¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que cerráis a los hombres el reino de los cielos!"  (Mt 23, 13-22) Tremendas palabras de Jesús a los que deberían ser guías de las comunidades. Se han quedado en la superficie del mensaje. Hablan de un Dios que no tiene ternura ni entrañas de misericordia.   No saben vivir ni dejan vivir a los demás. Jesús denuncia con firmeza la hipocresía de los escribas y fariseos, quienes con su religiosidad externa cierran a otros el acceso al Reino de Dios y pierden de vista lo esencial. El lamento de Jesús por escribas y fariseos hipócritas no ha perdido fuerza y actualidad. Se adueñan de la gracia de Dios. Impiden que otros conozcan y encuentren. Manipulan para crear infelicidad. Valoran lo superfluo. No distinguen lo importante de lo accesorio. Su enseñanza nos invita a revisar si nuestras prácticas de fe realmente nos acercan a Dios y a los demás, o si nos quedamos en apariencias y normas que matan el amor y la miser...

“La seguridad de los creyentes”.

  "Esforzaos en entrar por la puerta estrecha"    (Lc 13, 22-30) Lo dice el Señor y lo dice también la vida. Lo fácil, la puerta ancha, no nos lleva a nada importante, a lo que realmente necesitamos. Hay que entrar por la puerta estrecha para encontrar lo mejor de uno mismo. También para descubrir lo que significa la misericordia de Dios. Las lecturas de este domingo nos invitan de manera insistente a estar atentos a la voz del Señor, a «anunciar su gloria a las naciones». Estamos enviados a proclamar su Buena Nueva, como lo hizo el apóstol San Bartolomé que hoy celebramos,   entre quienes no le conocen, también entre quienes vemos que olvidan su voz y sus mandatos.       Te pido, Señor,  que me concedas la humildad de servir como el último  y el valor para anunciar tu Evangelio. Para entrar por la puerta estrecha hay que esforzarse. No es una conquista personal sino una respuesta a la gracia. Dios nos llama a entrar por ella, pero nosotros...