Hoy Jesús nos instruye sobre la reconciliación y la importancia de resolver nuestras diferencias.
El perdón, como el amor, no sabe de números. La pregunta que Pedro hace a Jesús está mal planteada: si mi hermano me ofende ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? El perdón no se puede cuantificar, aunque quisiera hacerse con generosidad. ¿Cuántas veces? Siempre. Más que siempre.
Contigo, es posible. Contigo, es posible perdonar. Contigo, es posible perdonar siempre. ¡Gracias por hacer posible lo imposible!
Reflexiona sobre las relaciones de tu vida. Piensa un poco en si hay alguien a quien necesitas perdonar o pedir perdón. Ora pidiendo al Espíritu Santo que te guíe en el camino de la reconciliación y te dé la gracia de restaurar en el amor de Cristo tus relaciones rotas.
Oración a la Virgen María, Madre del Perdón Infinito
Virgen María, Madre del Amor y de la Misericordia, hoy me acerco a Ti con el corazón herido, pero también con el deseo sincero de perdonar, como tu Hijo nos enseñó: hasta setenta veces siete.
Tú, que guardaste todo en tu corazón, enséñame a perdonar sin medir, a amar sin límites, a soltar el rencor y a abrirme a la paz.
Estuviste junto a la cruz, y no alzaste la voz contra quienes te lo arrebataron. Allí, en el silencio del dolor, perdonaste con Jesús a quienes no sabían lo que hacían.
Madre del Perdón, enséñame a mirar con tus ojos, a no devolver mal por mal, a vencer el odio con el amor.
Ayúdame a perdonar a los que me han herido, y también a pedirme perdón a mí mismo por las veces que he fallado en amar.
Que tu ejemplo me acompañe, y que tu intercesión me sostenga cuando el perdón parezca imposible. Virgen María, haz de mi corazón un reflejo del tuyo: manso, fuerte, paciente, y lleno del perdón de Dios. Amén.
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