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"¡Vosotros ya no sois del mundo!"




“No sois del mundo, 
sino que yo os he escogido sacándoos del mundo”
(Jn 15, 18-21)


"¡Vosotros ya no sois del mundo!"
¿Quién se retira, pues, del mundo para pertenecer a la tierra de Dios?
El que puede vivir cada día reconociendo humildemente el sentido de su vida.
El que cree que Jesús es el Cristo.
El que sabe que en amar hasta la cruz reside el futuro del mundo y la verdadera felicidad.
El que a pesar del que el mundo intente herir, su corazón permanece unido como sarmiento a la cepa, a Jesús.
El que se juega toda su vida a una sola carta, la del amor.
Los discípulos de Jesús, su Iglesia se consagra a este noble servicio de llevar a la humanidad a su plenitud; a esta difícil conquista de hacerle comprender que el sentido de la vida no reside en el tener, poseer, dominar, consumir, usar y tirar, sino en amar hasta el extremo, hasta la cruz.
Noble misión la nuestra de mostrarle a este mundo el verdadero sentido de la vida. 
Misión arriesgada en la que muchos cristianos terminan diluyéndose tanto en las cosas de este mundo que termina sucumbiendo a sus "encantos" y viviendo una fe entretenida en mil cosas pero que poco o nada tiene que ver con el amor.




Jesús, has sido muy claro:
nos has prevenido ante las persecuciones.
Seguirte, nos dices, es incómodo y peligroso.
Vuelvo la vista atrás y pienso en las pequeñas
y grandes oposiciones
que mi fe ha encontrado.
Y descubro también que en ocasiones
me dejé arrastrar por la corriente.
Me anima comprobar que mis dificultades
fueron también las tuyas.
así, tu fidelidad me alienta e inspira hoy y siempre.


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