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"Señor, muéstranos al Padre 
y nos basta"
(Jn 14, 7-14)

En muchas ocasiones tenemos lo que buscamos, queremos o esperamos, delante nuestra y no lo vemos.
Es preciso limpiar la mirada para dejarnos encontrar, querer y confiar.

No por mucho tiempo que pases en la Iglesia significa que conoces a Jesús. Conocer implica abrir el corazón, ábrele tu corazón a Jesús.

“Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré”.
Y si en mis torpes palabras te pido lo que no me hace bien, dame Tú en tus compresivas manos, aquello que si convenga.

Pidamos a Jesucristo que nos envíe su Espíritu, para que podamos vivir en cada momento lo que celebramos en la Eucaristía: ser uno con Él, como Él es uno con el Padre.

En un mundo donde todo se ha de ver, tocar, escuchar..., nuestras obras han de ser lo que mejor hagan presente a Dios.
No hay otra.



Quien me ha visto a mí ha visto al Padre
Creer como María para descubrir el fruto de su Bendito y Puro Seno porque "quien me ha visto a mí ha visto al Padre".

Te miro a ti, Jesús,
y confieso que Dios es como tú nos lo muestras.
Miro, Jesús, tus gestos de amor
y de nuevo me entusiasmo y hago mío el trabajo por el reino.
Miro, Jesús, tu vida entregada
en la cruz y percibo hasta qué extremo
llega el amor incondicional de Dios.
Te miro, Jesús Resucitado,
y se acrecienta en mí el deseo del cielo.

"Quien te ve a ti, Jesús, ha visto a Dios Padre.
Tus palabras son las palabras creadoras del Padre.
Tus milagros reflejan el poder salvador del Padre.
Tus lágrimas brotan de los ojos compasivos del Padre.
Tu perdón nace del corazón misericordioso del Padre.
Tu muerte en la cruz revela el amor generoso del Padre, 
que no se reserva lo más querido, que se entrega del todo.
Tu resurrección es un soplo de la vida del Padre,
que renueva a cada persona y al universo entero.

Gracias, Jesús, por derribar nuestras ideas de Dios, 

tan cortas como nuestros miedos y deseos.
Gracias por revelarnos el verdadero rostro de Dios.
Gracias por salvarnos del miedo a Dios y al futuro.

Señor, transforma mis sentimientos, 
pensamientos y comportamientos;
a fin de que, unido a ti, mi vida sea también 
transparencia de las palabras, la fuerza, 
el perdón y el amor del Padre.”





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