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Creo





"Quien crea en el Hijo, 
tiene la vida eterna" 
(Jn 3, 31-36)

Creer en la vida eterna es creer en el Amor.
Creo, y pongo mi vida en tus manos. 
Creo, y Tú pones tu Vida en mis pasos.

Una alegría que amplía horizontes, renueva la esperanza y reaviva deseos

Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca.
Gustad y ved qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él.
El Señor se enfrenta con los malhechores, para borrar de la tierra su memoria.
Cuando uno grita, el Señor lo escucha y lo libra de sus angustias.
El Señor está cerca de los atribulados, salva a los abatidos.
Aunque el justo sufra muchos males, de todos lo libra el Señor
(
Sal 33)




Nacer (la esperanza de la vida)
Contigo todo comienza por fin,
ayer es liberado, hoy es libre.
En la abertura se dibuja un porvenir de luz,
tu semejanza me atrae.
Dentro de tu pascua me he deslizado
y me dejo tomar enteramente en tu vida.
Tu resurrección me invade,
por ti se actualiza el don
y todo se eterniza en alegría,
Evangelio y poema según tu parecer.
(Cristophe Lebreton, ocso)


«El que Dios envió 
dice las palabras de Dios, 
porque Dios 
le da el Espíritu sin medida» 
(Jn 3,34).

Jesucristo resucitado nos entrega su mismo Espíritu, para que experimentemos en lo más profundo de nuestro ser la Vida eterna, la experiencia del amor y de la misericordia del Padre en nosotros, la liberación del pecado y de la muerte.

Jesús, tú sabes bien cómo está mi fe.
Con mis vaivenes, la verdad es que experimento
que si confío en ti, resurge lo mejor de mí mismo.
Cuando dejo que tú me guíes,
se revive lo que en mí está un poco marchito,
se deshiela lo que está helado,
recupera fuerza lo que en mí desfallecía.



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