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Perdonar




“Lo mismo hará con vosotros mi Padre del cielo 
si cada cual no perdona de corazón a su hermano” 
(Mt 18,35)   


Jesús educa a sus amigos mientras van de camino. 
Pone delante de ellos la ternura entrañable del Padre. 
Vivir es aprender a perdonar. 
El mundo, tan herido, está esperando reconciliación. 
Perdonar es pasar página y comenzar de nuevo. 
No es olvidar, es recordar sin dolor, sin rabia, ni rencor. 
Abre tu vida a la misericordia entrañable de Dios. 
Misericordia es tener en cuenta las veces que yo he caído para así comprender a los demás.

• Señor, que sepamos transmitir tu misericordia 
siendo mensajeros de paz y alegría. 


Rumia en tu interior a estas tres palabras: perdonar, de corazón, al hermano.    


Dios no se cansa de perdonar y tener paciencia con nosotros. Hagamos lo mismo con los demás, aunque cueste.


La paciencia es una gran virtud que debemos ejercitar. 
Si la combinamos con el perdón … 
¿Te imaginas?


Nuestra vocación es la de Dios: amar y amar perdonando.
Nuestra condición es la de Dios: amar y amar perdonando.
La medida de tu perdón será la media de tu amor.

Dime cuánto perdonas y te diré cuánto amas. 
Dime cuándo perdonas y te diré cuando amas de verdad.


El perdón es la puerta hacia la reconciliación


Te alabamos, Señor. 
En tu palabra nos revelas tu designio salvador. 
Ven, Espíritu, y renuévanos por dentro. 
Que nunca triunfe en nosotros el desamor, la indiferencia, 
la condena.


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