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La llama de tu amor

  "He venido a prender fuego a la tierra, ¡y cuánto deseo que ya esté ardiendo!"   (Lc 12, 49-53)  El anuncio del evangelio no siempre contenta a todos, hace que a muchos no les guste que se le diga que deben cambiar y que viven en el error. Pero debemos empezar por ser coherentes nosotros y fieles al mensaje que anunciamos. El fuego que trae el Señor no es destructor. Es un fuego purificador. Limpia todo lo que nos aleja de él y pone al descubierto lo que era apariencia. Produce conflicto y siembra inquietudes. Es una llama de amor que provoca autenticidad y lanza a la radicalidad. La opción por Él, como sentido de la vida, no siempre genera comprensión, muchas veces genera división, rechazo. En ocasiones ser de los suyos, y mostrarlo públicamente, genera malestar alrededor. No se entienden posturas, propuestas y estilo de vida. Su Palabra, vivida con autenticidad y coherencia, produce cuestionamiento de vida, ante eso puede producirse desde un rechazo hasta un d...

Velad

"Al que mucho se le dio, mucho se le reclamará; al que mucho se le confió, más aún se le pedirá." (Lc12,39-48). Se nos da diariamente mucho. Lo que a veces no nos damos cuenta. Con una facilidad grande normalizamos lo asombroso. Y nos acostumbramos a qué todo funcione. La salud, las capacidades, los talentos, lo profesional, las relaciones, la vida en general. Valoramos las cosas cuando las perdemos. Por eso nos invita Jesús a despertar, a estar atentos y sobre todo a agradecer cada segundo de vida compartido y entregado. “Estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre” Esperar la venida del Señor exige una vigilancia activa. El Señor viene en los necesitados; en cada uno de ellos el Señor nos espera. Jesús, que no viene a juzgar sino a servir, nos invita a mantenernos despiertos, preparados en actitud de servicio. Mantener viva la esperanza en la venida del Señor nos ayuda a ver las cosas con hondura, descubriendo en ellas la llamada q...