Libres con Cristo

 





“El que por mí deja casa, 
hermanos o hermanas, padre o madre, 
mujer, hijos o tierras, 
recibirá cien veces más, 
y heredará la vida eterna” 
(Mt 19,29)

Hoy recordamos a san Benito que  traduce el seguimiento en su tiempo como vida monástica, entendida como “escuela del divino servicio”. 
 
A la pregunta que Pedro hace a Jesús:
«Nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué nos va a tocar?»
Jesús responde desde otra orilla, desde otra mirada.
La entrega de la vida no tiene pago material.
El amor no tiene precio, es gratuito.
Quien gasta la vida por amor vive para siempre.

Dejarlo todo por Jesús va más allá de dejar lo material.
Supone dejar nuestro miedo, nuestro prestigio y mil cosas más que son las que realmente duelen. San Benito es menos lanzado que Pedro: el monasterio es la escuela del servicio divino.
El monje va al monasterio para aprender a parecerse a su Maestro.
No busca un estado de perfección.
Quiere aprender a ser cristiano y a este propósito dedica su vida.

- Señor; que sea agradable en el trato.

Señor, aquí está mi vida, tuya soy; haz de ella un canal que deje pasar tu vida y tu amor a los hermanos.

Gracias, Padre, por la recompensa que Jesús
promete al que lo sigue en pobreza generosa.
Danos un corazón de pobres, vacíos de todo,
para recibir centuplicada la riqueza de tu Reino,
de tu amor, de tu gracia y de la vida eterna.
Seguir a Jesús es camino alegre de liberación.
Haz, Señor, que sepamos vivir libres con Cristo,
despojándonos de todo para ganar el Reino y la vida.
Tú que haces posible lo que al hombre es imposible,
danos tu Espíritu para llevara cabo esa tarea,
ordenando la vida en función de los valores del Reino.
 

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