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Si



"Él le contestó: “No quiero”. 
Pero después se arrepintió y fue" 
(Mt 21, 28-32)




“Procurad no sean palabras de cumplimiento las que decís a tan gran Señor” (Santa Teresa).  

 “LO QUE AGRADA A DIOS EN MI PEQUEÑA ALMA ES QUE AME MI PEQUEÑEZ Y MI POBREZA. 
ES LA ESPERANZA CIEGA QUE TENGO EN SU MISERICORDIA” (Sta Teresita del niño Jesús).

Gracias, Dios Padre Bueno y Misericordioso,
porque Tú no llamas cada día para estar junto a Ti,
trabajando en tu Reino de Vida, en medio del mundo.
Gracias, porque Tú nos llamas y nos envías a la Misión.
Gracias, porque Tú nos recuerdas hoy, y cada día,
la importancia de servirte a Ti, y a todos, con coherencia.
Te damos Gracias por tu infinita Paciencia y Misericordia
para hacernos entender cuál es tu Voluntad para nosotros.
Ten Misericordia de nosotros, y ayúdanos a ser dóciles,
y obedientes siempre a la Voz de tu Llamada.
No nos dejes caer en la tentación de la soberbia,
ni del orgullo, ni de la rebeldía, ni del egoísmo;
y ayúdanos a ser humildes, sencillos de corazón,
y siempre atentos y dispuesto a cumplir tu Voluntad.
¡Tú nos llamas Hoy porque tu Caridad urge en el mundo!
Transfórmanos Tú, Dios Padre nuestro Misericordioso,
en personas disponibles, y sin retrasar el trabajo,
para la tarea Evangelizadora en medio del mundo,
porque tu Amor y tu Misericordia nos urge hoy.
¡Que no se haga nuestra voluntad, sino la tuya!
Transfórmanos, Padre Bueno y Misericordioso,
en persona coherentes de palabras y de obras,
y fundamentando siempre nuestra vida cotidiana
en tu Palabra Viva, para cumplir tu Voluntad cada día.
Gracias por todos los dones que Tú nos regalas
para ponerlos a tu servicio y al de cada persona.
Gracias, Dios Padre nuestro, por el privilegio
que no das al poder trabajar en tu Viña cada día.
Ayúdanos Tú a ser siempre fieles servidores tuyos,
para así colaborar contigo, y sin cansancio,
en la Evangelización por todos los lugares mundo,
para que tu Buena Noticia llegue al corazón de todos.
Amén.


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SAN JOSÉ

Salve, José, amante y tierno padre. Salve, guardián de nuestro Redentor. Esposo fiel de tu bendita Madre y salvador del mismo Salvador. Al buen Jesús pudiste ver sin velo y sobre ti sus miembros reclinó. Al Hacedor de tierra, mar y cielo con cuánto amor le besas y te besó. ¡Oh, qué feliz el nombre de Hijo que dabas! Ninguno fue por Dios tan encumbrado como tú, José. ¡Oh, fiel guardián de nuestro Redentor! Dichoso aquél, José, que tú proteges y el que con fe te invoca en la aflicción, jamás, jamás lo dejas sin amparo y protección. ¡Oh, San José, amante y tierno padre, santo sin par y espejo de virtud! Haznos amar a la divina Virgen y a nuestro Dios y Salvador. “Protege, oh bienaventurado José, protégenos en nuestras tribulaciones. Defiéndenos de las asechanzas del demonio, protégenos con tu patrocinio, y ayúdanos y sostennos con tu auxilio para que podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza”. (León XIII)

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El titulo de esta entrada me la ha do el Papa Francisco esta mañana en su tuit  @ Pontifex_es Termina un año y estamos a punto de comenzar uno nuevo. Se cierra un libro y empieza un nuevo libro con las paginas en blanco. Hoy es un buen momento para hacer balance del año, pedir perdón, dar gracias y pedir ayuda.  En el año que termina ha habido de todo, pero la certeza del amor de Dios ha estado conmigo todos los días. Su ternura la he sentido muchas veces, y muchas veces su mano me ha levantado. Gracias, Señor porque no termino el año sólo y el nuevo lo puedo empezar contigo. Por eso yo no le pido nada al 2015, yo se lo pido a Dios. En tus manos Señor pongo mi vida en este nuevo año 2015

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