HIjo amado y predilecto

 


«Este es mi Hijo amado, en quien me complazco».
(Mt 3, 13-17).

 

La Navidad concluye con la fiesta del Bautismo del Señor.

Es Hijo de Dios, es amado, es Dios-con-nosotros, es el amor de Dios que comienza a andar en este mundo de una manera real, humana, diferente. Es Dios a quien podemos ver, oír y tocar.

Es un Dios cercano, en medio de las personas, sin buscar nada más que respuestas al amor que Él nos da, Amor de Dios hecho hombre.

Él Hijo eterno del Padre se hace Siervo por amor, para liberarnos de la esclavitud del pecado y de la muerte; para abrir el cielo y darnos su misma Vida; para que el Padre reconozca en nosotros a su Hijo amado y predilecto.


“Se bautizó Jesús y vio que el Espíritu de Dios se posaba sobre él”.
Los cielos ya no están cerrados. De nuevo, el Espíritu de Dios ha bajado del cielo y ha venido a los hombres. En Jesús, el Siervo de Yahvé, la humanidad recobra la esperanza de ser salvada. Todo bautizado puede vivir cada día impulsado por el mismo Espíritu que bajó sobre Él.

Un día para dar gracias por los que nos acompañaron hasta las aguas de la Vida, por el gran regalo que recibimos en el seno de la Iglesia. Dios también se complace en cada uno de nosotros.

Hoy es una ocasión preciosa para que renovemos todos, nuestro bautismo. Agradecer de corazón que Dios nos llame hijos e hijas suyos. Nuestra humanidad se deja inundar por las aguas que cubren nuestra fragilidad. Y se nos regala una nueva identidad. Por nuestras venas corre la vida y el amor de Dios. Ya no estamos destinados a la muerte ni a la decadencia. Somos miembros de la familia eterna de Dios.

¡Renueva hoy tus promesas bautismales! Vive con más pasión y entrega tu bautismo, tu ser hijo y entones, te lo aseguro, serás feliz.

Te sumerges con nosotros

Te sumerges con nosotros
en las aguas del pecado,
compartiendo nuestra muerte
y manchándote de barro.

Cuando resurges del río
el Jordán se ha transformado,
toda la creación se asombra
tu Reino ya está llegando.

Caminas junto a nosotros,
estás siempre a nuestro lado,
eres el rostro de Dios.
Jesús, amigo, hermano.


(Javi Montes, sj)


 

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