Entre la admiración general, Jesús anuncia a sus discípulos su entrega. No pueden entender y les da miedo preguntarle. No es fácil comprender el dolor en medio que los halagos, los aplausos y los piropos. Pero Jesús tiene claro lo que significa la entrega. ¿Y tú?
Hablar de la Cruz es hablar de muerte, pero también de vida.
Hablar de la Cruz es hablar de entrega.
Hablar de la Cruz es hablar del amor.
Hablar de la Cruz es cambiar de criterios,
de modo de pensar, de modo de ver.
Por eso, Jesús insiste en que sus discípulos
comprendan bien el misterio de la Cruz.
“Meteos bien esto en la cabeza”.
Seguirle hace que apartemos el miedo, sus huellas son luz, el prójimo presencia, el Evangelio guía, la comunidad abrazo... ¿A qué tenemos miedo? ¿A perder? 'El que pierda su vida por mi la encontrará' Con Él no perdemos nada, ganamos todo.
Por la Cruz a la Pascua.
Por la Cruz a la vida.
Por la Cruz a un mundo nuevo.
Me descalzo ante ti, mi Señor, porque el terreno que piso es santo. No comprendo tu actuar, sobrepasa mi saber, confío en tu palabra y en tu amor.
Señor, cuando las cosas van muy mal y estoy descorazonado, recuérdame tu Pasión. Entonces seré capaz de avanzar, con la creencia de que tú has derrotado radicalmente el mal del mundo desde su interior
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