Ir al contenido principal

Entrada en Jerusalén como peregrino de la paz.


DOMINGO DE RAMOS: 
Entrada en Jerusalén como peregrino de la paz.
Trasladémonos ahora con la imaginación a Jerusalén acompañando Jesús, se aproximan a sus últimos días con decisión. No se acobarda ante lo que se le avecina, no se esconde, no tiene miedo. Se encamina hacia Jerusalén como un peregrino de la paz, montado en un borrico.
Alégrate con alegría grande, hija de Sión. Salta de júbilo, hija de Jerusalén. Mira que viene a ti tu rey, montado en un asno, en un pollino hijo de asna” (Za 9,9).
Su entrada es apoteósica. Aclamado por sus discípulos y quienes le acompañan como el Enviado de Dios. “¡Bendito el que viene como rey, en nombre del Señor!” (Lc 19,38).
“Hosanna el que viene en el nombre del Señor”.
También nosotros, como enseñaba Benedicto XVI, “hemos visto y vemos todavía ahora los prodigios de Cristo: cómo lleva a hombres y mujeres a renunciar a las comodidades de su vida y a ponerse totalmente al servicio de los que sufren; cómo da a hombres y mujeres la valentía para oponerse a la violencia y a la mentira para difundir en el mundo la verdad; cómo, en secreto, induce a hombres y mujeres a hacer el bien a los demás, a suscitar la reconciliación donde había odio, a crear la paz donde reinaba la enemistad”.
“¡Portones!, alzad los dinteles, que se alcen las antiguas compuertas: va a entrar el Rey de la gloria” (Sal 24).
El que llama a la puerta del santuario es Jesús. Llama con el madero de su cruz, con la fuerza de su amor. Llama desde el lado del mundo a la puerta de Dios: “Con la cruz, Jesús ha abierto de par en par la puerta de Dios, la puerta entre Dios y los hombres. Ahora ya está abierta. Pero también desde el otro lado, el Señor llama con su cruz, a las puertas de nuestro corazón, que con tanta frecuencia y en tan gran número están cerradas para Dios”, y nos dice: “mírame a mí, al Dios que sufre por ti, que personalmente padece contigo; mira que sufro por amor a ti y ábrete a mí, tu Señor y tu Dios” (Benedicto XVI).

Comentarios

  1. Una vez más el Señor me sale al encuentro desde este blog tuyo Juanlu. Una entrada que que confirma que no voy por el camino equivocado. que aunque dificil de recorrer es el camino de la cruz el unico que acede a las puertas tras las que el Hijo nos espera junto al Padre.
    Gracias por esta entrada.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Mi Señor y mi Dios
    Que esta Semana Santa me acerque tanto a Cristo que ya no pueda despegarme
    Gracias¡¡

    ResponderEliminar
  3. Feliz semana y a la Pascua!!! Somos muy privilegiados con vivir de cerca con Jesus el Misterio de la Vida y ver que podemos gracias a El caminar por encima de la muerte!!! Un abrazo

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

SAN JOSÉ

Salve, José, amante y tierno padre. Salve, guardián de nuestro Redentor. Esposo fiel de tu bendita Madre y salvador del mismo Salvador. Al buen Jesús pudiste ver sin velo y sobre ti sus miembros reclinó. Al Hacedor de tierra, mar y cielo con cuánto amor le besas y te besó. ¡Oh, qué feliz el nombre de Hijo que dabas! Ninguno fue por Dios tan encumbrado como tú, José. ¡Oh, fiel guardián de nuestro Redentor! Dichoso aquél, José, que tú proteges y el que con fe te invoca en la aflicción, jamás, jamás lo dejas sin amparo y protección. ¡Oh, San José, amante y tierno padre, santo sin par y espejo de virtud! Haznos amar a la divina Virgen y a nuestro Dios y Salvador. “Protege, oh bienaventurado José, protégenos en nuestras tribulaciones. Defiéndenos de las asechanzas del demonio, protégenos con tu patrocinio, y ayúdanos y sostennos con tu auxilio para que podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza”. (León XIII)

Gracias, Señor.

El titulo de esta entrada me la ha do el Papa Francisco esta mañana en su tuit  @ Pontifex_es Termina un año y estamos a punto de comenzar uno nuevo. Se cierra un libro y empieza un nuevo libro con las paginas en blanco. Hoy es un buen momento para hacer balance del año, pedir perdón, dar gracias y pedir ayuda.  En el año que termina ha habido de todo, pero la certeza del amor de Dios ha estado conmigo todos los días. Su ternura la he sentido muchas veces, y muchas veces su mano me ha levantado. Gracias, Señor porque no termino el año sólo y el nuevo lo puedo empezar contigo. Por eso yo no le pido nada al 2015, yo se lo pido a Dios. En tus manos Señor pongo mi vida en este nuevo año 2015

La familia según el papa Francisco

100 consejos de papa Francisco a las familias que se encuentran esparcidos en las catequesis pronunciadas entre diciembre de 2014 hasta septiembre de 2015.   1.   “Permiso”, “gracias”, “perdón”.   En efecto, estas palabras abren camino para vivir bien en la familia, para vivir en paz. Son palabras sencillas, pero no tan sencillas de llevar a la práctica. Encierran una gran fuerza: la fuerza de custodiar la casa, incluso a través de miles de dificultades y pruebas; en cambio si faltan, poco a poco se abren grietas que pueden hasta hacer que se derrumbe (13 de mayo de 2015). 2. La primera palabra es “permiso” (…) Entrar en la vida del otro, incluso cuando forma parte de nuestra vida, pide la delicadeza de una actitud no invasora, que renueve la confianza y el respeto. La confianza, en definitiva, no autoriza a darlo todo por descontado. Y el amor, cuando es más íntimo y profundo, tanto más exige   el respeto de la libertad y la capacida...