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MISA CRISMAL

Ayer, Martes Santo, tuvimos en la Catedra la Misa Crismal. Se trata de una celebración relacionada directamente con el Jueves Santo, pero que por razones prácticas -la posibilidad de que participen en ella todos cuantos más sacerdotes diocesanos posible, por su peculiar relación con la comunión del presbiterio diocesano- suele celebrarse en los días anteriores de la Semana Santa. Es la misa de la renovación de las promesas sacerdotales y de la bendición de los óleos sagrados que al término de la misa los párrocos recogen para llevar a las parroquias, desde donde administrarlos para la recepción de los sacramentos del Bautismo, la Confirmación y la Unción de los enfermos.
La Misa Crismal que celebra el obispo con todos los presbíteros de la diócesis, es una de las principales manifestaciones de la plenitud sacerdotal del Obispo y como signo de la unión estrecha de los presbíteros con él. En ella se consagra el Santo Crisma y se bendicen los óleos de los catecúmenos y de los enfermos.
En su homilía, el obispo ha señalado que esta Unción es para la Misión. Por eso, cuando nosotros hoy celebramos esta consagración del Santo Crisma con el que serán ungidos los bautizados, los confirmados –ha señalado- tomamos conciencia de que Cristo, el Ungido, nos ha hecho partícipes de su misma Unción que nos lanza a la misma misión de anunciar el Evangelio a los pobres, de abrir los ojos a los ciegos, las mazmorras a los cautivos y anunciar el año de gracia del Señor.
De esta forma, Don José Vilaplana ha señalado la dimensión misionera de toda la Iglesia, cuyo gozo y responsabilidad es, ante todo, Evangelizar. Así, haciendo referencia al documento de trabajo que se utilizará para el próximo Sínodo sobre la Nueva Evangelización y la Transmisión de la Fe, el obispo ha señalado los nuevos escenarios de esta Evangelización: la cultura, que hoy prescinde de lo trascendente; el gran fenómeno de las migraciones, que ha generado un mundo intercomunicado; la fuerza de los medios de comunicación social; y, finalmente, la crisis mundial que actualmente padecemos. Un panorama que a la Iglesia le plantea nuevos desafíos que, con realismo, quiere afrontar.

Pero, especialmente, ha querido señalar que no sólo tenemos que pensar en los destinatarios, sino, principalmente, en la Iglesia como sujeto de la Evangelización, y no considerados como evangelizadores individuales, sino como comunidad que toda ella está llamada a Evangelizar. Desde esta convicción, el obispo de Huelva ha llamado a su Iglesia a preguntarse si estamos siendo capaz de conectar con el mundo con un estilo nuevo; capaz de mantener lo más fundamental de nuestra fe sin titubeos, ofreciéndolo como el gran regalo, el gran don para nuestra sociedad; viviendo una experiencia fraternal que sea realmente significativa, de tal manera que puedan decir “mirad cómo viven los creyentes” porque, en el seno de la Iglesia, se  genera unas relaciones de discipulado que nos ayudan a mostrarnos siempre como auténticos seguidores de Jesús. 

El obispo agradeció a Dios el signo de unidad que ha supuesto la presencia de la Cruz de la Jornada Mundial de la Juventud en la semana de Pasión, recorriendo la geografía de toda la provincia y, especialmente, lugares de dolor como los hospitales o la cárcel.  En este sentido, nos ha dicho que “una comunidad que evangeliza llevando como única arma la Cruz de Jesucristo, el signo del amor más grande, es una comunidad que vivirá siempre poniendo en el centro de su vida al Señor Resucitado, a los más necesitados y empobrecidos, y capaz de contagiar alegría porque se siente siempre rejuvenecida  por su Señor”.
Héctor M. Sánchez Durán
Departamento de MCS - Diócesis de Huelva
 

Comentarios

  1. Despues de leer esta entrada Juanlu me siento feliz de pertenecer a esta familia, la de Cristo. Gracias por hacerme participar un poquito de esa celebración Crismal.
    Doy gracias a Dios Padre por todos los sacerdotes que un dia decidieron imitar al Ungido con todas las consecuencias y auque cansados, alegres siempre en la lucha de trasmitir el Evangelio. Pido a Señor por todos vosotros que sois el mismo Jesucristo en cada una de nuestras Parroquias.

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  2. Gracias Mento por tu comentario.
    Es bueno saber que los sacerdotes no estsamos solos, además de la presencia del Señor sentimos vuestra oración. Muchas gracias

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