Ir al contenido principal

VEN SEÑOR JESÚS (Hermana Glenda

Ven Señor Jesús,
porque sin Ti ya no hay paisaje.
Ven Señor Jesús,
porque sin ti no hay melodía.
Ven Señor Jesús,
porque sin ti no encuentro paz, nada,
sin Ti mis ojos no brillan.
La vida es poca cosa sin Ti,
sin Ti, sin Ti, sin Ti,
la vida es poca cosa.
Ven Señor Jesús, ven pronto a mi vida,
ven pronto Señor, ven pronto.
Porque sin ti, ya no quiero la vida,
ya no canto con alma,
ya mis manos no sirven,
ya no escucho latidos,
ya no abrazo con fuerza,
mi corazón no se ensancha,
mi sonrisa no es plena.
Y todo sin ti, nada vale la pena,
porque sin ti, ya no me llena nada.
Porque sin ti, todo suena vacío,
sin ti, todo me deja tristeza.
Porque sin ti yo no respiro hondo,
porque sin ti todo me cansa,
porque sin ti me falta todo y
me sobra todo, todo sin ti, sin ti...
Ven Señor Jesús, ven pronto a mi vida
ven pronto Señor, ven pronto,
Porque sin ti no me importa mi hermano,
no me importa el que sufre.
Porque sin ti mi corazón es de piedra,
a quien todo resbala,
acostumbrada a los pobres,
scomodada en su casa,
sin jugarse la vida,
sin gastarla por nada,
sin gastarla por nada.
Ven Señor Jesús, ven pronto a mi vida,
ven pronto Señor, ven pronto

Comentarios

  1. Me encanta esta canción de la hermana Glenda. Mi animo resurge de un modo especial al oirla.
    Vamos a animarnos los dos Juanlu que el Señor viene ya!!
    Otro abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Me ayudan tanto los "Porque sin Ti"...

    Muchas gracias. La paz

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

SAN JOSÉ

Salve, José, amante y tierno padre. Salve, guardián de nuestro Redentor. Esposo fiel de tu bendita Madre y salvador del mismo Salvador. Al buen Jesús pudiste ver sin velo y sobre ti sus miembros reclinó. Al Hacedor de tierra, mar y cielo con cuánto amor le besas y te besó. ¡Oh, qué feliz el nombre de Hijo que dabas! Ninguno fue por Dios tan encumbrado como tú, José. ¡Oh, fiel guardián de nuestro Redentor! Dichoso aquél, José, que tú proteges y el que con fe te invoca en la aflicción, jamás, jamás lo dejas sin amparo y protección. ¡Oh, San José, amante y tierno padre, santo sin par y espejo de virtud! Haznos amar a la divina Virgen y a nuestro Dios y Salvador. “Protege, oh bienaventurado José, protégenos en nuestras tribulaciones. Defiéndenos de las asechanzas del demonio, protégenos con tu patrocinio, y ayúdanos y sostennos con tu auxilio para que podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza”. (León XIII)

Gracias, Señor.

El titulo de esta entrada me la ha do el Papa Francisco esta mañana en su tuit  @ Pontifex_es Termina un año y estamos a punto de comenzar uno nuevo. Se cierra un libro y empieza un nuevo libro con las paginas en blanco. Hoy es un buen momento para hacer balance del año, pedir perdón, dar gracias y pedir ayuda.  En el año que termina ha habido de todo, pero la certeza del amor de Dios ha estado conmigo todos los días. Su ternura la he sentido muchas veces, y muchas veces su mano me ha levantado. Gracias, Señor porque no termino el año sólo y el nuevo lo puedo empezar contigo. Por eso yo no le pido nada al 2015, yo se lo pido a Dios. En tus manos Señor pongo mi vida en este nuevo año 2015

La familia según el papa Francisco

100 consejos de papa Francisco a las familias que se encuentran esparcidos en las catequesis pronunciadas entre diciembre de 2014 hasta septiembre de 2015.   1.   “Permiso”, “gracias”, “perdón”.   En efecto, estas palabras abren camino para vivir bien en la familia, para vivir en paz. Son palabras sencillas, pero no tan sencillas de llevar a la práctica. Encierran una gran fuerza: la fuerza de custodiar la casa, incluso a través de miles de dificultades y pruebas; en cambio si faltan, poco a poco se abren grietas que pueden hasta hacer que se derrumbe (13 de mayo de 2015). 2. La primera palabra es “permiso” (…) Entrar en la vida del otro, incluso cuando forma parte de nuestra vida, pide la delicadeza de una actitud no invasora, que renueve la confianza y el respeto. La confianza, en definitiva, no autoriza a darlo todo por descontado. Y el amor, cuando es más íntimo y profundo, tanto más exige   el respeto de la libertad y la capacida...