Jesús, el único camino que tenemos para conocer a Dios
"El que cree en mí, también él hará
las obras que yo
hago, y aún mayores"
(Jn 14,12)
En el prólogo de su evangelio,
Juan dice que nadie ha visto
a Dios.
El Hijo es quien nos lo ha revelado.
Hoy, en el diálogo con Felipe,
Jesús afirma que conocerlo a él es conocer al Padre.
En una palabra, el único
camino
que tenemos para conocer a Dios
es la vida humana de Jesús,
sus actos y
palabras.
Vivir en comunión con el Padre
y con Jesús permite actuar como él.
No
individualmente,
sino en la comunidad que es la continuadora de su misión.
- Sé tú, Señor Jesús,
el referente más importante en nuestras vidas.
Que quien conozca a los
cristianos
se sienta atraído por ti.
La misión nace de una convivencia prolongada con Jesús;
la
profecía nace de la amistad con Él.
Lo descubierto en la intimidad orante
se
proclama en las obras de cada día.
La oración pone en marcha
un voluntariado
sorprendente en medio de los pueblos.
No te limites a consumir respuestas de
otros.
Tú, por ser bautizado,
tienes un sitio, una tarea y una palabra.
Vive tu
vida cristiana de forma creativa.
¡Qué detalle el tuyo, Jesús!
Dices que haremos obras
mayores que las tuyas.
¡Qué amor tan gratuito el tuyo!
¡Qué amor tan gratuito el tuyo!
¡Y qué confianza!
“A problemas sociales se responde con redes comunitarias, no
con la mera suma de bienes” (LS 219).
La misión nace de una convivencia prolongada con Jesús;
la
profecía nace de la amistad con Él.
Lo descubierto en la intimidad orante se
proclama en las obras de cada día.
La oración pone en marcha un voluntariado
sorprendente en medio de los pueblos.
No queremos limitarnos a ser consumidores
de respuestas de otros.
Todos tenemos un sitio, una tarea y una palabra.
Es
hora de dejar la pasividad y entrar decididos en la creatividad de la Pascua.
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